En clementinas, según Alfonso Tomé, “no vamos a tener tanta diferencia entre una campaña y otra porque han entrado en producción numerosas parcelas que teníamos injertadas”. No obstante, añade el gerente de Frescitrus, “si analizamos por variedades: en Nadorcott tengo un 10% menos entre la producción del año pasado y el aforo previsto; en Clemenules, casi un 40%” y en Clemenvilla podemos estar hablando sobre un 30%”.
La excepción se produce en la variedad protegida Tango, donde se calcula que se registrará un incremento del 188%. La razón de este importante aumento de producción “es que contamos con plantaciones muy jóvenes y cada campaña que pase las recolecciones irán duplicándose e incluso triplicándose con respecto al año anterior hasta que se estabilice”.
Por lo que respecta a las variedades tempranas (Clemenrubí, Oronules, Cultifort, Orogrós y Clemenpons), Alfonso Tomé precisa que “la fruta ha venido en su fecha, entre el 20 y 23 de septiembre, y con una calidad óptima, por lo que ya se han cosechado todas las parcelas”.
Aunque aún faltan datos por concretar, el gerente de Frescitrus estima que la producción de las variedades tempranas, que contabilizan unas 340 hectáreas, puede rondar los 5 millones de kilos durante esta campaña.
Aunque los precios están al alza, entre un 35 y 40% más que en la anterior temporada, Tomé reconoce que “hay parcelas donde van a faltar muchos kilos por recolectar” y eso puede influir en el rendimiento final.
Alfonso Tomé, que califica la campaña anterior de auténtico desastre, recuerda que Frescitrus, como OPFH, “se pudo acoger al acuerdo de retirada de fruta que firmaron varias industrias de zumo del país con la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal), lo que posibilitó que entre abril y mayo se pudieran retirar 2.043.000 kilos de naranjas, 61.000 kilos de clementinas y 85.000 kilos de mandarinas”.
Frescitrus, que ha incorporado una parcela de naranjas en producción ecológica esta campaña en Villanueva de los Castillejos, cuenta con una facturación anual cercana a los 50 millones de euros. El principal destino de las naranjas, clementinas y mandarinas que cosechan es el mercado nacional, en torno a un 60%, mientras que el resto se traslada a los mercados europeos, principalmente Portugal, Francia, Bélgica, Suecia e Italia.“El problema de la campaña pasada es que nadie quería cítricos, los mercados estaban inundados y no era cuestión precios. Incluso la industria, a la que también desviamos muchos kilos, llegó un momento en el que se colapsó. En este sentido, hay que reconocer que la fábrica de García Carrión de Villanueva de los Castillejos se comportó muy bien con el sector citrícola de Huelva porque estuvo aceptando fruta hasta el mes de agosto. Y es cuestión de agradecérselo, porque la situación estuvo muy complicada”, reconoce Tomé.
La sociedad agraria también cuenta con unas 30 hectáreas dedicadas al cultivo del kaki, en concreto de la variedad tardía de Rojo Brillante. Si en la campaña anterior cosecharon en torno al millón de kilos, el aforo realizado para ésta estima que la producción rondará los 840.000 kilos.
Debido a que los precios en los mercados son “ruinoso”, se está intentando mantener en el árbol el mayor tiempo posible, aunque lo más probable es que se comience a recolectar en las primeras semanas de diciembre.
Fuente: Agrodiario Huelva