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¿Es posible que el cultivo de fresa pueda soportar la sequía extrema?

El Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea ‘La Mayora’ (IHSM) de Málaga investiga cómo aumentar la resistencia de los cultivos de fresa, que en España se concentran en la provincia de Huelva, para que sean capaces de soportar los cada vez más frecuentes episodios de sequía extrema.

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fresa

Según explica a EFE la bióloga Victoria Sánchez, la idea es aplicar a las fresas de forma artificial la autofagia, un mecanismo natural que utilizan los seres vivos “para sobrevivir a situaciones adversas y mantenerse saludables” a partir del reciclaje de nutrientes y un uso “más eficiente” de los mismos.

Fresas más “contentas y turgentes”

Las plantas, señala, suelen hacer uso de este proceso por factores relacionados con el medio ambiente, como la falta de agua, nutrientes y luz o el exceso de calor, situaciones que hacen que estén sometidas a estrés.

“De la misma forma que los seres humanos sufrimos estrés por diferentes motivos, las plantas también lo sufren”, apunta Sánchez.

Su laboratorio, que aplica la autofagia inducida a plantas transgénicas por medio de un gen, pretende probar si a través de este método, y sometidas a falta de agua, las fresas “están más contentas, verdes y turgentes” comparadas con las no alteradas químicamente.

Si el método funciona, las fresas podrían llevar mejor “las circunstancias derivadas del cambio climático”. Ello, además, podría propiciar un “uso más eficiente del agua”, disminuir los fertilizantes que se aplican y contaminan con sus residuos los ríos y generar un “beneficio a nivel ambiental”, a la vez que “un ahorro económico para los agricultores”.

“Planteamos este proyecto porque pensamos que es un problema real y, por supuesto, teniendo en cuenta la situación que se está dando en Doñana”, argumenta Sánchez, que está convencida de que a largo plazo este sistema podría trasladarse a la agricultura extensiva.

Los primeros resultados

Según Sánchez, el proyecto “aún está a medio camino”, pero se están consiguiendo ya los primeros resultados. “Ya hemos visto que está relacionado con el desarrollo del fruto y estamos haciendo unos análisis previos para ver cómo responden estas plantas”, añade.

Las plantas transgénicas con las que el laboratorio trabaja a día de hoy “no se pueden normalmente cultivar de forma comercial”, pero “si consiguen este efecto protector, igual se podría aplicar este conocimiento para buscar líneas que puedan tener un nivel de autofagia natural y ver si eso correlaciona con mayor resistencia a la sequía”.

“Dentro del proyecto hay otro objetivo, que es ver cómo la autofagia se regula. Hemos establecido que es importante para la maduración de la fresa, pero no sabemos por qué motivo se induce o qué elementos moleculares inducen la autofagia. Ahora lo que queremos es indagar en esa parte”, remarca la bióloga de La Mayora.

La investigadora recuerda otros proyectos similares que se hicieron previamente con tomate y manzano en relación con la sequía y destaca que en otros puntos del mundo se aplican estrategias diferentes para analizar vías moleculares de las plantas en su lucha contra la sequía.

El estudio de Sánchez, que arrancó en septiembre de 2021 como proyecto unipersonal del Ministerio de Ciencia e Innovación, prevé obtener resultados definitivos en octubre de 2024.

Fuente: EFEAgro 

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