La disminución de la producción y la calidad de muchos cultivos se ha traducido en grandes pérdidas económicas. Según el Avance de Contabilidad Nacional (INE), en el segundo trimestre de 2023, el sector caía un 8,4%* del PIB respeto al trimestre anterior.
Ante esta realidad, es clave invertir en mejorar los tipos de regadío y el aprovechamiento de los recursos hídricos para mantener la actividad agraria en España.
El uso del acolchado biodegradable en suelo «consigue» retener agua
Uno de los sistemas que menos inversión implica y demuestra eficiencia en la retención del agua es el uso de acolchados biodegradables en suelo. Gracias a un estudio llevado a cabo en Italia, en el que colaboró Novamont, empresa fabricante de los biopolímeros Mater-Bi®, durante tres años (de 2020 a julio de 2022) se compararon los resultados con y sin acolchado biodegradable en cultivos de tomates para industria.
Se recogieron datos de meteorología, pluviometría, seguimiento sobre el terreno, fases fenológicas, análisis de malas hierbas, necesidades hídricas y de producción (cualitativa y cuantitativa). Los campos fueron sometidos a un control de la humedad del suelo y el riego se realizó teniendo en cuenta lo detectado por las sondas.
Las tres añadas presentaron tendencias meteorológicas diferentes, lo que proporcionó una visión más amplia del comportamiento de los materiales en relación con la temperatura y la humedad. 2022 fue el más caluroso, con escasas precipitaciones.
Se obtuvieron dos principales resultados. El primero que, gracias al uso de acolchado, es posible un mayor control de malas hierbas y evitar horas de trabajo manual: la limpieza necesaria para su control en la zona del suelo con acolchado se reducía a la mitad respecto a la zona sin acolchado.
Uso del agua por planta
El segundo resultado y más relevante fue la eficacia del uso del agua por planta, con una disminución de más del 12 % a favor del acolchado.
La humedad presente en el test con acolchado biodegradable siempre resultó ser superior a la del test del cultivo trasplantado de forma tradicional sin acolchado. Es decir, el suelo bajo el acolchado se mantuvo con una humedad media más alta que el suelo en cultivo tradicional, lo que permitía reducir el riego y que las plantas soportaran mejor los periodos de estrés hídrico.
En conclusión, gracias al uso de los acolchados biodegradables en suelo para el cultivo de tomate de industria se consigue:
- Mejor aprovechamiento del agua de riego.
- Gestión óptima de las malas hierbas a lo largo de la hilera de trasplante.
- Aumento de inflorescencias y racimos: mayor producción comercial.
- Mejora del grado Brix de los tomates.
- Oportunidad de anticipar los trasplantes.
- Ningún problema con la cosecha mecánica.
* Instituto Nacional de Estadística. Nota de prensa de 28 de julio de 2023. https://www.ine.es/daco/daco42/daco4214/cntr0223a.pdf