El sector hortofrutícola responde a una demanda cambiante
Un mes del estado de alarma, el sector de frutas y hortalizas mantiene la actividad productiva y exportadora adaptándose a una situación excepcional.
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Desde que el 14 de marzo se decretara el estado de alarma, el sector productor exportador de frutas y hortalizas frescas ha mantenido la actividad, productiva y comercializadora, al considerarse un sector esencial para garantizar el abastecimiento de la población, adaptándose a la excepcionalidad de esta situación que ha supuesto, por un lado, asumir las nuevas exigencias de seguridad fijadas las autoridades sanitarias para todos los centros de trabajo y, por otro responder a un consumo cambiante, que ha provocado situaciones críticas para productos como la fresa, con una reducción de la demanda un 50% en plena campaña, según FEPEX.
En este mes de estado de alarma, y en el ámbito productivo, el sector de frutas y hortalizas ha adaptado los trabajos en las explotaciones y almacenes a los requisitos establecidos por las autoridades sanitarias, con la implantación de estrictos protocolos de actuación. Las tareas de cosecha, manipulación y envasado se han ralentizado por las nuevas medidas que incluyen el distanciamiento de los trabajadores, entre otras, y las restricciones de movilidad siguen haciendo muy difícil el acceso a las explotaciones. Estas restricciones de movilidad preocupan especialmente, ya que, en estos momentos, en los que comienza la campaña de fruta de hueso, sector con una exportación en 2019 de 1,04 millones de toneladas y 1.086 millones de euros, falta mano de obra, la mayoría procedente de otros países comunitarios y extracomunitarios. El Comité de Fruta de Hueso de FEPEX ha estimado que en este mes de abril se requerirán más de 16.000 trabajadores adicionales a los ya existentes.
En el ámbito de la demanda, el sector de frutas y hortalizas está respondiendo a la demanda nacional e internacional, ya que 2/3 de la producción hortofrutícola se destina a la exportación. Está siendo, según FEPEX, un consumo cambiante, con picos muy fuertes en la semana anterior al confinamiento y en la posterior, para después sufrir un retroceso en el consumo de muchos productos, lo que ha sido de especial gravedad para productos tan perecederos, como la fresa, que no permiten posponer la recolección o la comercialización. La demanda de fresa cayó un 50% desde mediados de marzo a finales de mes, afectando gravemente a las explotaciones de Huelva, que esperan la aprobación de medidas excepcionales por parte de la Comisión Europea.