El Comité Económico y Social Europeo aprobó en su sesión de tarde una valoración y recomendaciones sobre la transposición de la Directiva de Prácticas Desleales en la Cadena Agroalimentaria. El documento ha sido solicitado por la presidencia eslovena de la Unión Europea y coincide con la aprobación en el Congreso español de la Ley de la Cadena, que previsiblemente tendrá lugar la próxima semana.
Una de las recomendaciones más destacadas por el CESE es la necesidad de que la directiva proteja por igual a todos los actores de la cadena de valor agroalimentaria, independientemente de su tamaño o su posición en la misma, algo que considera necesario en el marco del mercado único en contraposición con la visión de la Directiva, que solo protege a los vendedores respecto de los compradores. “Todos los operadores deben estar protegidos contra las malas prácticas, que no son generalizadas, pero pueden darse en cualquier eslabón y dirección”, se afirma en el documento. Y, en este sentido, “España ofrece una especial protección para los productores primarios, pero todos los operadores están protegidos por la Ley, independientemente de si son compradores o vendedores”. Por ello, apunta a la creación de fórmulas para el diálogo y la cooperación entre los diferentes actores como la mejor manera para avanzar en los intereses comunes de la sostenibilidad de la cadena.
Dentro de la transposición a la legislación española, el CESE destaca como positivo la prohibición de vender por debajo de los costes de producción, la existencia del código de buenas prácticas o la obligación de contar con contratos escritos en las relaciones comerciales, entre otros.
Felipe Medina, consejero del CESE en el grupo de empresas y secretario general de ASEDAS, ha participado en la redacción del documento: “el dictamen del CESE marca un antes y un después porque recoge el guante lanzado por la Comisión Europea a través de la Estrategia de la Granja a la Mesa respecto a la consideración del sector agroalimentario en su totalidad, desde la producción hasta el consumidor. En él se reconoce el papel esencial de cada uno de los eslabones y se destaca que la cooperación entre ellos es fundamental para avanzar en la sostenibilidad de la cadena desde la inclusión, la diversidad y el equilibrio. Solo desde estas premisas podremos hacer frente a los retos del Gran Pacto Verde y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.
Por último, el CESE celebra la consideración de la cadena agroalimentaria como un ecosistema estratégico para la Unión Europea dentro de su nueva política industrial, resaltando la necesidad de caminar hacia sistemas alimentarios sostenibles desde la diversidad para asegurar una cadena más fuerte medioambiental, económica y socialmente, además de resiliente, justa e inclusiva. Así mismo, reconoce también el papel de la distribución alimentaria y su compromiso con los ciudadanos durante la pandemia del Covid-19.