Tras dos meses, marzo y abril, en los que el consumo de frutas y hortalizas ecológicas creció un 12%, según Ecovalia, los dos siguientes, mayo y junio, no fueron nada positivos para el sector español que, de hecho, lamenta un fuerte descenso de los precios con respecto a 2019, en torno a un 20%.
Así lo han afirmado Fernando Martín, gerente de Bio Procam, y David Caparrós, gerente de Balcón de Níjar, quienes coinciden en que el fomento de las producciones locales ha perjudicado las exportaciones de producto ecológico español. A esto hay que añadir los mayores volúmenes en los países de destino como, por ejemplo, en Francia, donde “este año han tenido mucho producto”, comenta Martín.
El resultado no ha sido otro que una menor demanda de frutas y hortalizas bio españolas, hasta el punto de que “hemos tenido que tirar producto”, lamenta David Caparrós. Para el gerente de Balcón de Níjar, la ecuación no puede ser más perjudicial para el bio nacional; y es que, al fomento del consumo local, se une el hecho de que las producciones propias en los países centroeuropeos son cada vez mayores gracias al cambio climático, que les permite alargar sus campañas.
Julio y agosto, en positivo
Han sido los meses, sobre todo hasta mitad de agosto, en los que las hortalizas españolas han alcanzado mejores cotizaciones, puesto que, “en estas fechas, comienzan a caer los volúmenes en Europa”.
Hoy por hoy, pimiento, y en menor medida pepino, mantienen unas cifras aceptables. Sin embargo, en el caso del primero, “el precio ya ha empezado a bajar esta semana”, señala Caparrós.
Con respecto a la nueva campaña, que comenzará en los primeros días de septiembre, ambos productores lamentan la “incertidumbre” que aún se cierne sobre el sector. De este modo, el gerente de Balcón de Níjar comenta que, en el caso concreto del tomate cherry, su producto estrella, continúan a la expectativa, ya que “podría seguir la tendencia general del tomate y perder hectáreas o, por el contrario, podría convertirse en refugio de quienes han abandonado el convencional”.
De lo que no le cabe ninguna duda es de que la crisis económica que sucederá a la sanitaria hará que “el consumo se resienta” y alerta de una posible “presión de precios a la baja”.