TheCircularLab, el centro de innovación en economía circular de Ecoembes, ha presentado un nuevo material plástico biobasado, es decir, que se obtiene a partir de residuos vegetales como mondas de patatas o cualquier otro desperdicio vegetal, compostable, reciclable, y biodegradable en el entorno marino.
Este plástico sostenible, que se ha desarrollado junto al centro tecnológico AINIA y proviene de materia 100% orgánica en descomposición, “sienta las bases de toda una revolución en el ámbito de la economía circular”, tal y como explican sus creadores, que destacan que “además, podría ser una alternativa para tratar los residuos provenientes de mercados municipales y otras instalaciones en las que se generar grandes cantidades de este tipo de alimentos, contribuyendo no solo a que sean reciclados, sino también a aminorar el desperdicio alimentario”.
Este tipo de plástico, que responde al nombre de PHBV (PoliHidroxiButilValerato) y está en fase de prototipo, se consigue tras triturar el residuo vegetal y extraer la glucosa del mismo, la cual sirve de alimento para un microorganismo que se encarga de producir el biopolímero con el que se fabrica. Al igual que los plásticos procedentes de otras fuentes no vegetales, podría usarse para el envasado de productos de alimentación y/o bebidas. Pero a diferencia de ellos, además de reciclarse, se podría compostar e incluso, biodegrarse en el entorno marino.
TheCircularLab ha presentado este nuevo plástico coincidiendo con una jornada de puertas abiertas, en la que se han expuesto una muestra de los más 100 proyectos desarrollados a lo largo de su primer año y medio de vida.
El centro, que es pionero en Europa y se basa en un ecosistema de innovación abierta, investiga sobre cuatro líneas de innovación: envase del futuro, smartwaste (gestión inteligente de residuos), ciencia ciudadana y emprendimiento, a través de sus programas de aceleración de startups. Todo con el objetivo de impulsar la economía circular a través del reciclaje, y en concreto, de los envases.
Óscar Martín, consejero delegado de Ecoembes, ha afirmado que “debemos dejar atrás la filosofía del producir, usar y tirar para adentrarnos en el nuevo paradigma de la economía circular y poder, así, ser capaces de responder a desafíos ambientales como el cambio climático, la contaminación o el uso eficiente de la energía. Porque no tenemos un planeta B”. Con este compromiso trabaja TheCircularLab, que “ha puesto ya en marcha más de 100 proyectos y un ecosistema del que forman parte más de 200 instituciones, empresas y organizaciones, que son la mejor prueba de que un mundo más circular sí es posible”.
Por su parte, Zacarías Torbado, coordinador de TheCircularLab, ha puesto el acento en la importancia de la innovación para conseguir un planeta más sostenible y ha explicado que “el nuevo plástico sostenible es el germen de nuevos desarrollos basados en el diseño circular, y uno de los ejemplos de cómo serán los envases en el futuro”.