Campaña
Este invierno, las temperaturas han sido especialmente bajas, alcanzando incluso los -6 grados en algunos puntos. Jorge Rodríguez, Director Comercial de la cooperativa San Isidro de Loxa, nos explica que, aunque estas condiciones resultan extremas, son favorables para el espárrago si ocurren en esta época del año. “El frío ahora es positivo, ya que favorece una mayor producción de espárragos”, de hecho, se espera un retraso en la campaña, lo cual no es negativo, ya que el cultivo se beneficiará de estas condiciones.
Aunque el frío es esencial para el cultivo, las expectativas de lluvia también son clave. La producción se ha visto favorecida por las lluvias del otoño, aunque la cantidad no ha sido suficiente en comparación con otros años. Sin embargo, Rodríguez es optimista, destacando que “la última lluvia de la semana pasada va a venir bien, pero la clave es que las temperaturas se mantengan estables, sin golpes de calor o heladas”.
Perspectivas de producción y precio
La producción de espárragos en San Isidro de Loxa se basa principalmente en cultivos de secano (80% de la superficie destinada a este cultivo). Rodríguez recalca la importancia de la lluvia para asegurar una mayor producción: “dependemos mucho de las precipitaciones, y la lluvia ha favorecido la producción en comparación con el año pasado”.
En cuanto a la estrategia a largo plazo, San Isidro se encuentra evaluando las posibilidades de diversificar y aumentar la producción, sin comprometer la sostenibilidad ni el equilibrio del mercado. Tras la superproducción de 2021, la cooperativa ha decidido limitar las nuevas plantaciones y se ha centrado en mantener la superficie estable, pero ahora se está abriendo a la posibilidad de aumentar la producción de manera equilibrada.
Rodríguez reconoce que el precio medio alcanzado el año pasado fue una buena cifra y también señala que, con una producción más alta, el precio se reduciría. “Si la producción es mayor bajará el precio, aunque el precio ideal debería cubrir los gastos de producción y dejar margen para que el agricultor continúe con la actividad”. Sin embargo, el agricultor tiene los mismos costes fijos, y éste reclama un precio justo que cubra esos gastos y sea rentable para todos.
La falta de personal disponible dificulta la operación eficiente de la cooperativa
Desafíos
Uno de los grandes retos que afronta la cooperativa es la escasez de mano de obra, “tanto a nivel de campo como de fábrica”, asegura Rodríguez. La falta de personal disponible en la zona, especialmente para los meses clave de la campaña, dificulta la operación eficiente de la cooperativa, que durante la campaña de espárragos emplea entre 250 y 300 personas.
El control de enfermedades también es un aspecto crucial en la producción de espárragos. Gracias a un sistema técnico de monitoreo y control, la cooperativa asegura que las fincas están protegidas de enfermedades, lo que contribuye a la calidad uniforme del producto, un requisito indispensable para San Isidro de Loxa.
En cuanto a la comercialización, Rodríguez destaca que los mercados más importantes para San Isidro son los países nórdicos y Alemania, con una distribución equilibrada del 50% entre ambos. A pesar de la competencia de mercados como Perú y México, Rodríguez asegura que San Isidro sigue comprometido con la calidad de sus productos, que les permite diferenciarse de su competencia cuando coinciden en la misma ventana de producción.
“El desafío con los productos importados es que nuestra campaña dura solo tres meses, mientras que los países de fuera tienen la ventaja de una producción continua durante el resto del año”, explica. Sin embargo, la cooperativa sigue defendiendo la calidad del espárrago local y el trabajo de los productores españoles.
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