Además, no solo confirman una mejora en la calidad, sino que el control biológico resulta económico y rentable: la planta se mantiene sana, es más productiva y la pérdida por fruto torcido se reduce. Para Agrobío la incorporación de nuevas tecnologías al campo es la clave para que el control biológico siga siendo un referente de modelo productivo.
Partiendo del imprescindible esfuerzo en I+D que exige el control biológico, Agrobío ha consolidado este concepto en el cultivo de pepino de ciclo largo.
Hasta hace un tiempo la utilización de enemigos naturales en este cultivo era complicado. En ausencia de plaga los ácaros depredadores necesitan alimentarse para sobrevivir y el pepino no tiene polen, que es una de las fuentes alternativas de alimento de estos auxiliares. Agrobío le ha dado un giro a esta situación con una estrategia innovadora. La alimentación con ácaros presa directamente en planta ha conseguido el establecimiento temprano de A. swirskii, el ácaro que está siendo una de las “estrellas” del control biológico e la agricultura intensiva almeriense. Así, el auxiliar no sólo tiene alimento en ausencia de plaga si no que sus poblaciones se multiplican, se fortalecen y se mantiene la correcta instalación durante todo el ciclo del cultivo.
Protocolo
Este protocolo que ha sido desarrollado por Agrobío consiste en la colocación de los sobres de A. swirskii o T. montdorensis (Powermite o Powerfood respectivamente) cuando la planta alcanza el metro de altura y su posterior alimentación con ácaros presa directamente sobre las hojas , cuando los ácaros depredadores comiencen a salir del sobre.
Hasta que aparezca la plaga es recomendable hacer varias alimentaciones para mantener protegida la planta durante todo el ciclo y realizar un buen seguimiento técnico complementando con otros auxiliares para hacer frente a otras plagas como araña roja, que este año preocupa especialmente al estar presente en todas las épocas y todos los cultivos.
A. swirskii, (SWIRScontrol), es un gran depredador de larvas de trips y huevos de mosca blanca, pero además se alimenta de araña roja, si tenemos una buena instalación de estos ácaros depredadores en el cultivo y además incorporamos sobres de A. andersoni en las bandas conseguiremos un control preventivo que junto a la suelta curativa de Phytoseiulus persimilis completará la estrategia biológica contra esta plaga.
Además, el equipo técnico nos recuerda que la utilización de soluciones biológicas mantiene el equilibrio natural hasta el final, los enemigos naturales siguen activos aun terminado el ciclo productivo de la planta, evitando la falta de control y la proliferación de plagas una vez arrancado el cultivo.
Fuente: La Voz de Almería