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Cómo afectará al campo español la ‘fusión fría’ entre Carrefour y Tesco

La fusión de los procesos de compra de frutas y hortalizas, no prevista por ahora, podría tener impacto sobre los precios en el campo español.

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Carrefour

Se llama Sociedad de Compras Modernas (Socomo), y no, no es una empresa de venta de diseños de vestuario para clientes vip. Socomo es el instrumento con el que Carrefour gestiona la compra de productos del campo al sector hortofrutícola español. Con sede social en Madrid y base logística en Villanueva de Castellón (Valencia), el año pasado cerró el ejercicio con 668 millones de facturación. Algo más de la mitad del negocio procede de las ventas de frutas y hortalizas a los supermercados de la enseña gala en España. El resto de sus ingresos tuvo su origen en la exportación de productos (221.768 toneladas, según el último balance de la compañía).

Socomo es, según diversas clasificaciones sectoriales, la más grande mayorista por volumen de facturación de España. Sus referencias, cultivadas al 80% en suelo nacional, llegan a más de 40 países, entre ellos Francia, Italia, Bélgica, Suiza, Polonia, Grecia o Eslovaquia. Con una plantilla de un centenar de personas en nómina, los explotadores agrícolas españoles lo identifican como una de las grandes compradoras por volumen, por delante de Anecoop, Eurobanan, Eurogroup o Martinavarro.

Fundada en 1987, Socomo no está, por ahora, en el perímetro del acuerdo anunciado por Carrefour y el gigante británico de los supermercados Tesco para ensayar una gestión compartida de su proceso de compras. Las dos multinacionales anunciaron este lunes una “alianza estratégica a largo plazo” para gestionar conjuntamente sus relaciones con proveedores y mejorar sus márgenes en las adquisiciones. El pacto tiene una vigencia de tres años y nace ante la necesidad de ambas enseñas de mejorar sus márgenes para competir en precio con las agresivas tarifas de Amazon o las ofertas de otras cadenas de hipermercados con productos no perecederos, como Aldi o Lidl en Europa.

La gestión conjunta de los procesos de negociación con proveedores alcanza tanto a productos de marca blanca como de fabricantes. La consecuencia será una reducción de costes hacia abajo y mejores precios hacia arriba para el comprador final, con el objetivo de ganar en competitividad y sostenerse o crecer en cuota de mercado. El impacto de la cadena del Reino Unido y de la francesa es importante. Tesco realizó compras por 57.500 millones de libras el año pasado, ganó 1.640 millones y parece haber superado el bache sufrido en los últimos años con el crecimiento de sus competidores en sus principales mercados, Reino Unido e Irlanda.

Socomo, la filial de compras agrícolas de Carrefour, es la mayor empresa de su sector en facturación en España. Tesco también tiene sucursal propia

Con 88.240 millones en ventas, Carrefour también ha tenido que adaptar su modelo. La cotizada cerró con pérdidas de algo más de 500 millones el año pasado. Es cierto que el agujero fue fundamentalmente contable, por depreciación de activos, pero su beneficio operativo, de algo más de 2.000 millones, también sufrió un hachazo importante, del 14,7%, por el descenso de ingresos. En España, el apunte fue algo más positivo e incluye 9.609 millones en facturación, con una mejora del 7%.

Carrefour y Tesco gestionan miles de supermercados en territorios distintos. En teoría no compiten, por lo que su alianza para mejorar sus márgenes de compras tiene sentido. Los que lo vivirán de primera mano son los vendedores, que pasarán de tener dos clientes a solo uno.

España no es un país ajeno a ninguno de estos dos gigantes de la distribución minorista. Pero por ahora el principal proveedor de ambos, el campo español, puede respirar tranquilo. Los productos frescos y perecederos no entran en la cartera de compras compartidas. Carrefour tiene Socomo, pero Tesco también ha desplegado una importante red de proveedores de productos agrícolas con explotaciones y empresas españolas.

La gestión de estas operaciones, tanto desde el punto de vista de la negociación de precios como de gestion del ‘stock’ y la logística, se vehicula a través de una mercantil denominada Tesco Food Sourcing Limited Sucursal España.

En tanto que sucursal de una sociedad extranjera, esta filial de abastecimiento no presenta cuentas en España, aunque tiene su domicilio social en un polígono empresarial de Càrcer, población del interior valenciano de larga tradición agrícola y naranjera. Tesco tiene apoderadas en la sucursal a una decena de personas con la misión de «seleccionar y gestionar tanto a los nuevos como a los preexistentes proveedores y agricultores de productos, provenientes de Europa y norte de Africa, para el grupo Tesco», admite la propia sociedad en sus documentos mercantiles.

Las bases para un gigante europeo

El pacto entre Carrefour y Tesco no debería afectar, por tanto, a los productores agrícolas españoles, pero sienta las bases para la creación de un gigante futuro de la distribución mayorista de frutas y hortalizas que sí podría ampliar la capacidad de influencia y negociación de precios en el mercado.

Ninguna de las dos multinacionales ha detallado hasta el momento el perfil concreto de los proveedores con los que negociará en cooperación. La alianza genera situaciones singulares, como que Tesco tenga entre sus abastecedores de productos en España, donde no opera, a El Corte Inglés o a fabricantes como RNB, que a su vez provee de referencias de perfumería y belleza a Mercadona. Tanto el primero como la segunda son competidores de Centros Comerciales Carrefour, la filial de la matriz francesa que en 2016 realizó ventas por 7.431 millones.

Fuente: El confidencial

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