El lema de la Unesco con motivo del Día Internacional de Mujer de este año entrelaza género y sostenibilidad. ¿Le parece un mensaje adecuado para los tiempos que corren?
Es sumamente importante que se ponga el foco en este punto sobre la igualdad de género, sobre todo teniendo en cuenta el contexto mundial que atravesamos. Creo, personalmente, que es fundamental trabajar en la puesta en marcha de políticas de Estado para que, de verdad, se pueda potenciar y lograr un reconocimiento social de la igualdad de género, otorgándonos a las mujeres en este comienzo del siglo XXI el protagonismo y la oportunidad que nos merecemos.
Las mujeres constituyen la mayoría de la población pobre y rural, lo que las hace más vulnerables frente al cambio climático. ¿Cómo puede trabajar desde su posición para subsanar esta situación?
Creo que, en nuestro sector, tenemos una gran oportunidad para impulsar y conquistar cambios significativos, sobre todo en el medio rural, matriz de nuestro sector productivo. Sabemos que este es uno de los lugares más vulnerables para que las mujeres y niñas puedan hacer valer sus derechos. En este sentido, debemos trabajar con objetivos claros para reconocer nuestro derecho a decidir y participar en la toma de decisiones políticas relacionadas con el desarrollo social, económico y, sobre todo, medioambiental. Debemos trabajar por la empatía.
¿Queda mucho para alcanzar la igualdad real?
Lamentablemente, creo que sí. Aún cuesta demasiado que se reconozca nuestra voz e igualdad en la participación social. Por suerte, hay algunas mujeres con liderazgo y reconocimiento a nivel mundial que nos están enseñando el camino, muy complicado, por cierto, y con muchas piedras. Hay sociedades en todo el mundo donde estos planteamientos son aún hoy imposibles, luego tenemos que trabajar para visibilizarlos y creo que es importante que, desde una organización como la Unesco, lo incluyan en su agenda.
¿Se ha acrecentado la brecha de género como consecuencia de la pandemia?
Absolutamente. La crisis sanitaria ha puesto en evidencia la gran brecha y vulnerabilidad que sufrimos las mujeres junto con los recursos naturales y bajo la amenaza del cambio climático. Las mujeres hemos desempeñado un papel fundamental en esta pandemia, sobre todo el personal de salud, que ha estado en primera línea de batalla, pero también las mujeres dedicadas del hogar y los hijos, que en la mayoría de los casos no tienen un reconocimiento social porque este es un trabajo no remunerado y desacreditado. Esto, sin duda, amplía la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.
¿Cómo trabajan sus planes de igualdad en NaturaSí?
Por suerte, nuestra empresa en España está constituida, casi en un 80%, por mujeres que trabajamos duro para poder tener ese reconocimiento. No es un camino fácil, hay momentos de mucha adversidad, pero tenemos la esperanza de que, desde nuestro pequeño lugar, podremos transformar algunos roles y, sobre todo, trabajar por la empatía.
Personalmente, he de reconocer que me ha costado llegar al puesto que ocupo actualmente, hay una sensación de examen permanente, y, sobre todo, no es nada fácil ejercer el rol de mujer -madre. No siempre es fácil conciliar ambos papeles y esto, muchas veces, es sinónimo de desigualdad de oportunidades.
¿Cuál cree que es el objetivo a alcanzar en los próximos años?
La igualdad social con más agenda de género para trabajar y sacar de verdad y de forma eficiente a esos miles de mujeres y niñas de la pobreza y vulnerabilidad.