El complejo tema del tamaño de las OPs
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Es evidente que existe un problema de tamaño en las Organizaciones de productores reconocidas en España. Mientras en España en 2015 había 513 OPFH, en Italia, con un grado de concentración de la oferta similar, tiene casi la mitad de OP y un tamaño medio de Valor de Producción Comercializada de casi el doble (20 mill€ frente a 11 mill€). Estas cifras se disparan en Bélgica y Holanda. Recientemente, Fernando Miranda (Director General de producciones y Mercados del MAPAMA) presentaba en Almería los siguientes datos relativos al caso de las principales hortalizas.
Al lado de claros ejemplos, entre los cuales por ejemplo destaca la quinta cooperativa en tamaño de Europa y recién premiada Unica Group como cooperativa del año 2017, es evidente que el tamaño sí que importa.
No soy un “fanático de lo grande”. El tamaño de las cooperativas debe estar en armonía con su(s) mercado(s) u su(s) clientes(s). Para un mercado pequeño, para un mercado local, para un mercado de nicho, el tamaño pequeño puede ser seguramente el más apropiado. Pero para mercados globales y operadores globales, la dimensión es condición necesaria (aunque no suficiente) para poder ofrecer a los clientes los volúmenes y los servicios que ellos requieren.
Es verdad que a mayor tamaño mayor riesgo de alejamiento de la cooperativa de sus socios aunque se conocen el caso de cooperativas pequeñas bajo el mando férreo de su Presidente o gerente. Las cooperativas grandes plantean necesidades de profesionalización y gobernanza que no siempre son fáciles de abordar, pero son abordables como lo demuestran los casos de éxitos, que haberlos hay los.
Cuando me hice cargo de la jefatura de unidad de las frutas y hortalizas en la Comisión Europea, el tamaño mínimo de las OPs se fijaba en un reglamento comunitario. En realidad, había una tabla en anejo que recogía Estados miembros por Estado miembro, y grupos de productos por grupos de producto, el tamaño mínimo que habían comunicado cada gobierno. Me acuerdo que hubo una vez en la que un gobierno pidió modificar el anejo porque en la región del Presidente de la República, había un grupo de jóvenes productores de champiñón ecológico que querían hacer una OP y no llegaban al límite.
A la primera de cambio, conseguí que la responsabilidad de la fijación de los mínimos se trasladara a los gobiernos nacionales ya que no hay ningún valor añadido comunitaria en el mantenimiento del anejo.
Ahora, un sindicato agrario (COAG para no nombrarlo), “reclama que se eleven los mínimos exigidos en volumen y socios para constituir una Organización de Productores de Frutas y hortalizas (OPFH)”. Uno de sus responsables ha declarado que «hasta hace unos años podía justificarse tener unos mínimos reducidos para fomentar la creación de OPFH y difundir esta figura en el sector, aunque COAG siempre ha reclamado unos mínimos de reconocimiento mucho más elevados para evitar situaciones indeseadas, con excepciones puntuales para dar respuesta a determinados productos o zonas concretas, y favorecer la concentración real de la oferta”.
El tema no es sencillo. Por un lado, está el tema ya abordado de los distintos tamaños de los mercados que justifican eficientemente la existencia de distintos tamaños de organizaciones.
Por otro, esté el dilema “número de socios” versus “volúmenes mínimos”. Es sabido que agricultores de gran dimensión no tienen ningún interés en juntarse en una OP con una multitud de pequeños productores. Para resolver este problema e integrar a grandes productores en la organización de la oferta, se ha previsto su posible adhesión al nivel de las Asociaciones de OPs.
Además, cabe preguntarse en qué medida es el papel de la Administración el promover el trabajo de organización que el propio sector no puede (o quiere) hacer. ¿Se puede (¿se debe?) promover la felicidad de la gente en parte al menos contra de lo esta misma gente quiere?
Me encantaría conocer las opiniones y los argumentos de los lectores de nuestra Revista porqué el tema lo merece.
En un sector tan complejo como las Frutas y Hortalizas es difícil marcar unos límites en valor de la producción comercializada como de nº de socios y/o accionistas a la hora de calificar una empresa como OPFH. Me explico, en la Región de Murcia, durante los años 1996-2005, calificamos cooperativas como OPFH de frutas en zonas rurales en el Noroeste, realizando una labor intensa asociativa que con el paso de los años tuvimos que descalificar por no llegar a los mínimos. Cooperativas de Cehegín y Moratalla que cumplían una labor social no soportaron la presión de dichos límites. Mientras que en zonas del Campo de Cartagena y Litoral, cumplían sin ningún problema con el mínimo de asociados.