A su juicio, la inclusión oficial del Sáhara Occidental en acuerdo agrícola «afectaría a todos los productos hortofrutícolas españoles, en especial a los de invernadero como el tomate y el pimiento, así como a los frutos rojos, cuya producción ha tenido una explosión en Marruecos» en los últimos años.
Ha recordado que el informe de los Servicios de la CE que justificaba y acompañaba a la propuesta de modificación del acuerdo preveía con el cambio un aumento de la superficie hortofrutícola en el Sáhara desde las actuales 900 has hasta las 5.000 has.
La CE indicaba en el informe que ese incremento de superficie se podría traducir en un aumento de la producción desde las 64.000 toneladas de ahora hasta el medio millón y en la creación de 60.000 nuevos empleos en la región, lo que, para Fepex, tendría un «fuerte impacto sobre la situación de mercado comunitario» hortofrutícola.
Según Pozancos, habría que «activar la cláusula de cooperación prevista en el Acuerdo de Asociación -el artículo 4 del anexo I-» para «evitar los desequilibrios de mercado», porque «ya no se hablaría de mantener los envíos tradicionales de Marruecos a la UE, sino de otros que se multiplican por dos o más».
Por su parte, el responsable nacional de frutas y hortalizas de COAG, Andrés Góngora, ha añadido las fresas y los cítricos a las hortalizas de invernaderos y frutos rojos, tras señalar que cree que la ratificación de la modificación del anexo del acuerdo por parte del Parlamento Europeo no se alargará en el tiempo.
«No se modifica el acuerdo en cuanto a volúmenes o precios de entrada, y no va a ver una concesión adicional al contingente de tomate ni al resto de productos; el problema -ha explicado- viene de que se daría la posibilidad a Marruecos de desarrollar la agricultura en el Sáhara ya que la UE reconocería sus producciones».
«Lo que la CE pretende hacer, jurídicamente, está cogido con pinzas» -ha asegurado-; «lo que se va a abrir es un proceso que le da seguridad jurídica a los exportadores y a la industria agroalimentaria marroquí».
A su juicio, «la UE está negociando la paz diplomática -que incluye inmigración, tráfico de drogas o lucha contra el terrorismo islamista…- a cambio de tomates» y «no enfadar al socio».
Para la secretaria general de UPA Almería, Francisca Iglesias, es «amoral» la ampliación del acuerdo y ha criticado que «la UE de su consentimiento a pactos que ayudan a las empresas de los países pobres en vez de a sus ciudadanos».
«En vez de hacer una resolución sobre inmigración, apuestan por seguir haciendo lo mismo toda la vida», ha lamentado tras considerar que «en la UE no se dan cuentan de que los pobres de un país rico no pueden mantener a los ricos de un país pobre».
«Las soluciones no pasan por perjudicar gravemente a los agricultores españoles; no se aplica ningún principio de reciprocidad, ya que los costes de producción de Marruecos no son los mismos que los de aquí», ha afirmado Iglesias.
Fuente: La Vanguardia