No hay materiales buenos o malos, sino buenos o malos usos. ARECO
En plena ‘guerra al plástico’, Areco apela a criterios científicos que avalan la sostenibilidad de las cajas y contenedores reutilizables, “plástico controlado” que tiene una larga vida útil.
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La Asociación de Operadores Logísticos de Elementos Reutilizables Ecosostenibles (Areco), integrada por IFCO Systems, Euro Pool System y Logifruit, fue pionera en impulsar la reutilización y la economía circular al gestionar los envases reutilizables para la distribución alimentaria. Hoy en día, el 95% de las grandes cadenas utiliza este sistema que continúa creciendo. Se trata de cajas reutilizables con una vida útil de 10-15 años que, además, cuando dejan de tener uso, se reciclan al 100%, de modo que se trata de plástico controlado que vuelve a aprovecharse para la fabricación de otras cajas. “No hay, por tanto, materiales buenos o malos, sino buenos o malos usos de esos materiales”, afirma Bartolomé Saro, presidente de Areco, quien insiste en la sostenibilidad de estas soluciones: “Y no lo decimos nosotros, lo dicen desde hace más de 10 años distintos estudios técnicos y científicos impulsados por instituciones y universidades internacionales”.
Uno de ellos es la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático (ESCI-UPF), dirigida por el profesor Pere Fullana, que el año pasado publicó el primer estudio comparativo de las principales opciones de distribución de frutas y hortalizas en España mediante el Análisis del Ciclo de Vida (ACV). Concluyó que el uso de cajas reutilizables supondría ahorrar 785 millones de kilos de emisiones de CO2 a la atmósfera al año, el 0,25% del total de emisiones españolas. Para Saro, estos resultados demuestran que “la elección de uno u otro tipo de envase debe hacerse según criterios científicos”.
Beneficios
Ofrecen una mayor seguridad alimentaria, mejoran la conservación del producto al tratarse de recipientes firmes y resistentes que se pueden apilar sin dañar su contenido y, además, minimizan la energía necesaria para el enfriamiento, ya que las cajas y contenedores están abiertos. “En definitiva, ofrecen mayor seguridad, higiene y limpieza”, afirma el presidente de Areco, quien añade que un estudio publicado en 2013 concluye, además, que “el desperdicio alimentario se reduce un 4% cuando los alimentos se transportan en envases reutilizables”.
Asimismo, contribuyen a disminuir los costes logísticos, permiten la estandarización, lo que facilita los pedidos –los grandes productores pueden utilizar las mismas cajas para más de 10 destinos diferentes-, la logística y la automatización e incrementan la productividad. Además, reducen el espacio para el almacenamiento y eliminan la necesidad de reenvasado en el lineal, mejorando la competitividad. A todo ello, añaden el hecho de que el operador logístico se encarga de su gestión. “El nuestro es un modelo más sostenible medioambientalmente”, insiste.
Todos estos beneficios para los productores y distribuidores han hecho que las cajas reutilizables sean cada vez más populares, hasta el punto de que ya no solo se usan en frutas y hortalizas, sino también en otros productos frescos como carne, huevos o pescado.