El sector tiene la oportunidad de dar un salto en su profesionalización
Con China prácticamente fuera del tablero de juego y una mayor apuesta por el producto local, la seguridad alimentaria y la salud, los consumidores optan por el ajo español. Esta tendencia está marcando los resultados de las últimas campañas, permitiendo al sector invertir e innovar en nuevos sistemas, procesos y presentaciones, profesionalizándolo aún más si cabe.
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Situación favorable
El sector del ajo está registrando en estos últimos años cierto esplendor en su demanda que lo está incentivando a dar un salto de valor a través de la mecanización, innovación y nuevos proyectos de futuro. Así lo vemos reflejado en el trabajo de sus operadores en las siguientes páginas, en las que hacemos gala de un excelente posicionamiento del sello IGP Ajo Morado de Las Pedroñeras en los mercados; nuevas marcas de comercialización como Alicina de la Cooperativa El Santo y presentaciones como se desarrollan en La Veguilla; o una mayor apuesta por la mecanización y diversificación en líneas de producto para reducir el desperdicio alimentario, como en el caso de Coopaman.
Son proyectos que se están llevando a cabo pese a atravesar, como el resto de sectores, las dificultades originadas por el incremento de costes y de la falta de agua de riego, que afecta especialmente al sector del ajo temprano andaluz por el Decreto de Sequía en determinadas zonas.
Iniciativas frente a las dificultades
Además de estos problemas, el sector se enfrenta a una falta de mano de obra generalizada. Por ello, desde ANPCA, su gerente, Luis Fernando Rubio, apunta a la necesidad de invertir en mecanizar los procesos, especialmente en almacén, donde “hay nuevos sistemas bastante interesantes” y están estudiando diferentes desarrollos junto a empresas tecnológicas.
En esta línea se manifiesta Vicente Monge, Sales Manager de Ajos La Veguilla: “La verdadera innovación ha de llegar a través de la modernización de los procesos hasta el final de la cadena, en el almacén, con la implicación de los distribuidores, para conseguir un mejor producto, más eficientes y adaptados a lo que realmente requieren los clientes”. En este afán por optimizar, en la Cooperativa El Santo han decidido, por su parte, llevar a cabo su propia producción de las semillas, reduciendo costes y aportando una mayor calidad al producto al controlar todo el proceso.
A este inconveniente de la mano de obra se suma el retraso que se está dando en la importación y exportación de mercancía por el colapso actual de los puertos y el riesgo de que el ajo que iba destinado a Rusia acabe entrando en Europa. Y, por último, los costes, que se han disparado un 17% con respecto al año anterior solo en el transporte, como sostienen desde ANPCA, a lo que se une toda esa incertidumbre económica causada por la invasión rusa de Ucrania.
La principal apuesta en estos momentos es, por tanto, seguir potenciando la diferenciación que caracteriza al producto español frente al de otros orígenes y “hacer marca”, como bien indica Eva García, gerente de la IGP Ajo Morado de Las Pedroñeras: “Trabajamos en seguir haciendo pedagogía con productores y clientes para aprovechar estos momentos favorables comercialmente y que nuestro valor se mantenga en el tiempo, suceda lo que suceda”.
Además, se está apostando en gran medida por la innovación, con nuevas presentaciones y un mayor desarrollo de la línea de IV gama en ajo para “poner en el mercado productos más innovadores y adaptados al consumidor”, como señala David Rodríguez, director general de Coopaman.
Profundizamos en los siguientes artículos en qué está trabajando el sector del ajo para dar este salto de valor y profesionalización que busca.
Sello Europeo
Desde hace años se trabaja en fomentar la creación de un sello de ajo europeo que englobe las producciones de los países productores del continente para garantizar la seguridad alimentaria y calidad que le caracteriza. Con la pandemia, este tipo de sellos se están fomentando, por lo que esperan poder obtener pronto este marchamo diferenciador.