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Aumenta el consumo pese a la crisis. ECOLOGICO

Los últimos datos de 2013 arrojan un descenso de operadores, producción y superficie de la hortofruticultura ecológica respecto al año anterior, pero de forma paralela ha crecido el consumo, alcanzando ya al 28% de la población española.

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La hortofruticultura ecológica es un sector en potencia que no termina de despegar. En el último balance del Magrama, las Estadísticas 2013 de Agricultura reflejan un descenso generalizado respecto al ejercicio anterior: bajan el número de operadores (de 34.227 en 2012 a 26.484 en 2013), la producción (224.582 Tn / 157.406 Tn) y la superficie (1,7 millones Has / 1,6 millones Has), si bien se mantienen los estándares de calidad y la hegemonía de la producción española en Europa, donde sigue ocupando el primer puesto por delante de Italia, Alemania o Francia.

El por qué de la evolución descendente responde principalmente al sobrecoste de los cultivos ‘eco’ frente a los tradicionales y al descenso paulatino del precio final de estos productos, que ha ido cayendo como consecuencia de la crisis. Así, muchos agricultores han abandonado el segmento ecológico porque el margen de beneficios que obtienen es cada vez más parecido al de las cosechas tradicionales y no les compensa el sobre esfuerzo y mayor riesgo de pérdidas que implican.

Frenos

Organizaciones como CAAE/Ecovalia señalan la falta de ayudas acordes a la dimensión de la producción como uno de los principales escollos del sector, que además debe lidiar con problemas que se conocen desde hace tiempo y no terminan de resolverse. Es el caso de la falta de un mayor número de canales adecuados de comercialización y distribución.

Por un lado, el presidente de la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES), Aurelio del Pino, explica que es necesario orientar la producción hacia lo que demanda el consumidor para conseguir que el sector prospere, es decir, hay que trabajar los cultivos pensando en lo que se tiene que vender para optimizar la cadena de valor. En cuanto a la distribución, a pesar de que cada vez hay más puntos de venta donde encontrar productos ecológicos en España, todavía entre el 40-50% se vende en comercios especializados, a diferencia de lo que sucede en otros países europeos, donde el mismo porcentaje de ventas se realiza en establecimientos de distribución convencional facilitando el acceso a los clientes y optimizando la logística con el consecuente ahorro en intermediarios y transporte. Importadoras como Fruit Line Trading nos señalaban este año la necesidad de establecer mecanismos que abaraten estos costes. Solo así se podrá ampliar la cuota de mercado en países lejanos como los de Oriente Medio, donde los productos españoles son percibidos como de gran calidad, pero presentan precios elevados por el transporte y, por tanto, acaban comprándose a través de Holanda, entre otros.

Consumo

Recientemente se ha presentado un estudio que asegura que el 28% de los consumidores españoles ha degustado productos ecológicos en 2014 y el 25% lo hace a diario; además la exportación no deja de incrementarse. El 75% de las frutas y verduras cultivadas bajo sistemas respetuosos con el medio ambiente se exporta y en 2012 el valor comercial aumentó un 14,5% respecto al ejercicio anterior alcanzando los 590 millones de euros.

En 2014, a pesar de seguir inmersos en la crisis económica, no se ha producido una bajada de consumo, sino un aumento “moderado pero que supone un desarrollo importante del sector del comercio de alimentos ecológicos a nivel interior, que vendría a rondar los 1.000 millones de euros”, señala Clemente Mata, Subdirector General de Calidad Diferenciada y Agricultura Ecológica del Magrama. Actualmente gastamos 21€/pers./año (10 céntimos más que en 2012), una cifra muy alejada de Austria o Alemania, con 140€. La mayor concienciación de los consumidores europeos a cerca de las cualidades organolépticas y el respeto al medio ambiente de los productos ecológicos, unido a su mayor poder adquisitivo, hacen que la demanda siga siendo más fuerte en el extranjero, y por ello la exportación es la alternativa natural a la que tiende el sector. Entre los mercados en los que más crece la demanda están Escandinavia, donde STC Ibérica ha notado un incremento de las ventas ‘eco’ de berries de hasta el 40%, o Bélgica (el 88% de las familias compraron algún producto biológico en 2013 y el gasto aumentó un 8% en 2013 hasta alcanzar 403 mill. €).

Futuro

El sector ecológico despierta interés entre los grandes productores, que se van sumando a estos cultivos y los potencian (solo hay que ver ejemplos como Campo de Lorca, que apuesta por el brócoli ecológico, o Vicasol, que comienza a dar sus primeros pasos en este segmento) y la distribución (todas las empresas asociadas a ACES tienen abiertas estas líneas de frutas y hortalizas). Al final de la cadena, los consumidores todavía no saben reconocer los logos identificativos, como se desprende del estudio del Magrama. Desde nuestro punto de vista, se imponen varios desafíos: transmitir a los clientes finales el hecho de que estos productos tienen un  componente derivado de su certificación ecológica (no en vano, la normativa de seguridad alimentaria europea es la más exigente del mundo); tratar de desarrollar líneas de productos que les satisfagan totalmente (atractivos, con buen sabor, originales…), definiendo líneas específicas y selectas que distingan a las diferentes marcas; y mejorar la logística y el transporte, apostando por la apertura de rutas marítimas en zonas de gran producción como Almería y Murcia para llegar de forma directa a los mercados foráneos más alejados, aunque para ello hay que darle un ‘tirón’ de orejas a las Administraciones.

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