La brecha de precios entre consumidores y productores se situó en los 5,9 puntos, la más alta de los últimos seis años
Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, tras la revisión de las memorias anuales de las grandes cadenas de distribución alimentaria, destaca el notable crecimiento de sus beneficios durante la pandemia de la COVID-19.
La organización agraria destaca el caso de Mercadona que cerró 2020 con unos beneficios de 727 millones € y una facturación bruta de 26.932 millones €, lo que supone un aumento del 17% y el 5,5% respectivamente respecto al año pasado. Esto sitúa a la cadena de supermercados levantina un año más como la cadena de distribución con mayor cuota de mercado a nivel estatal con un 24,5%, una de las más altas de Europa y la más alejada del segundo puesto, ocupado por Carrefour, con un 8,4%. La cadena francesa, por su parte, superó la barrera de los 10.000 millones de facturación y aumentó en un 7,1% sus ventas respecto al año anterior. No obstante, hay que señalar que el negocio de ambas incluye además de productos de alimentación, otros de higiene personal y hogar.
Por su parte, la tercera gran firma de la distribución, Eroski, acaba de anunciar públicamente haber cerrado 2020 con un volumen de negocio alimentario de 5.967 millones de euros, arrojando un crecimiento del 8,6%.
Las cifras van en la línea del informe elaborado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos a finales de marzo pasado, que indicaba que los consumidores españoles gastaron 3.700 millones más en el supermercado que en 2019, hasta alcanzar casi los 96.000 millones de euros, lo que supone un aumento del 6,4% del gasto en alimentos y bebidas a nivel estatal.
La brecha de precios productor – consumidor, la más alta en los últimos 6 años
La organización no demoniza por estos datos a la distribución alimentaria. “Es bueno para todos que haya empresas en España que funcionen bien”, opinan, “pero es evidente que el negocio de la alimentación es próspero incluso en las crisis y es injusto que esa prosperidad no llegue también en una parte equitativa a los agricultores y ganaderos”.
Los datos que confirman este hecho son los de Eurostat, que indican que los precios pagados por el consumidor en 2020 se situaron de media 7,9 puntos por encima de los precios de 2015, mientras que los precios pagados a los productores apenas se situaron 2,1 puntos por encima. Esto sitúa la brecha de precios entre el consumidor y el productor en los 5,8 puntos, la más alta de los últimos seis años.
Por esta razón a Unión de Uniones muestra su sorpresa con que el Ministerio de Agricultura y el Grupo Socialista en el Congreso estén siendo tan poco receptivos a enmendar la Ley de la Cadena Alimentaria, más allá de la transposición de la Directiva europea sobre prácticas desleales que, por otra parte, es obligatoria.
En este sentido, Unión de Uniones sigue trabajando incesantemente para que se defina la posición de dominio en la Ley de Cadena alimentaria y así evitar que las grandes corporaciones abusen de su posición de fuerza económica, asegurando una competencia efectiva – la organización propone definir la posición de dominio con un 8% de la cuota de mercado -.
Asimismo, la organización agraria, ha propuesto a los diferentes grupos del espectro político que propongan modificaciones a la Ley con respecto a la definición de la reventa con pérdidas, la ampliación del alcance de la Ley y la transposición correcta a nivel estatal de la Directiva Europea sobre prácticas desleales. “Seremos inflexibles en este último punto” advierten desde la organización, que acudirá a Bruselas si es necesario para que esto sea así.
La organización agraria seguirá atentamente las votaciones de los grupos a las enmiendas sobre la Ley de la Cadena Alimentaria en la Comisión de Agricultura del Congreso, que previsiblemente tendrán lugar en el mes de mayo y que suponen un paso crucial para mejorar la posición de los agricultores y ganaderos en las negociaciones.