Se trata de una medida que permitirá a las empresas afrontar con mayores garantías períodos clave para determinados sectores como la Semana Santa -que previsiblemente continuará condicionada por las restricciones de movilidad y por la pérdida del turismo- pero que resultan insuficientes para garantizar la viabilidad de la gran cantidad de compañías que componen la cadena de valor de sectores como los de la hostelería o el comercio no alimentario, para los que las restricciones están teniendo un efecto realmente devastador.
En ese sentido, AECOC insiste en la necesidad de impulsar planes nacionales de ayuda directa para sectores especialmente damnificados por la crisis del COVID-19, así como de aprobar exenciones fiscales que eviten que se tenga que pagar impuestos cuando no se están generando ingresos. Es imprescindible que las empresas que tengan posibilidades de salir adelante dispongan de la liquidez necesaria para poder hacerlo, especialmente ante la incertidumbre de un escenario temporal condicionado por la evolución de la pandemia y del proceso de vacunación.