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Zerya celebra una jornada de optimización de la fertilización

En esta ocasión Zerya ha ofrecido una charla a los técnicos y productores de berries para ejemplificar una de las partes más relevantes del Sistema de Producción sin Residuos ZERYA®, que es la optimización del programa de fertilización a través de la interpretación analítica de determinados parámetros que inciden en la vida post-cosecha de la fruta y que influyen también en la sensibilidad de las plantas a sufrir determinadas patologías.

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La implantación del sistema Zerya es paulatina, empieza por profundizar el conocimiento del suelo y del agua con la que se está trabajando en la explotación y en base a esto trabajar para paliar las deficiencias de estos dos elementos y hacer disponible a la planta los elementos que requiere. Esto dicho así puede parecer una obviedad, pero las evidencias nos demuestran que un suelo aparentemente satisfactorio puede encerrar complejos químicos que no permiten que la planta aproveche los nutrientes que en principio están disponibles en el suelo y esta situación puede verse seriamente agravada si el agua de riego tiene desequilibrios químicos que no se suelen detectar si sólo se tienen en cuenta los datos de pH y conductividad, tras obtener los valores de macro y micro elementos presentes en el agua.

Durante la charla se revisaron ciertos conceptos de edafología y química (de suelo y de agua) que era necesario recordar para elaborar el planteamiento de optimización de la fertilización que propone Zerya. En la dinámica de producción de un sistema de Agricultura sin Residuos hay que hacer un seguimiento de los elementos que son abatidos por el desarrollo del cultivo y de las necesidades nutricionales que el cultivo presenta a lo largo del ciclo. Es necesario considerar que, los elementos que son abatidos en el suelo deben de ser repuestos con el programa de fertilización hasta el punto en que se recupere la disponibilidad para la planta, de lo contrario, el programa de fertilización sólo servirá para que el suelo recupere su equilibrio en primer lugar y no va a garantizar una nutrición apropiada de la planta. De esta manera para los ciclos que se observan en las berries es recomendable realizar las analíticas al menos en tres momentos del cultivo, al inicio del ciclo, al inicio de la floración y al final del ciclo. Además de que se hace necesario analizar la fruta en post-cosecha, el día del corte y con posterioridad, por ejemplo a 3 y a 10 días del corte o según sea la vida útil que exija la cadena de distribución. Al final de ésta práctica de monitorización, la fruta nos indica en qué medida se está consiguiendo la optimización deseada.

En la charla se hizo un ejercicio con datos reales de suelo y agua de un productor de Huelva, y con fruta recogida de esas parcelas analizada en T0, T2 y T7 días del corte. Se trata de llegar a unos gráficos que ilustren el cambio en los elementos químicos que se producen en la digestión post-cosecha. En esta gráfica se puede ver la acumulación de ganancia o pérdida de los elementos analizados y a partir de ella se pueden relacionar muchas cosas con respecto al suelo y al agua y con el desempeño que esa fruta ha tenido tanto en el invernadero como en el supermercado. Por citar algunos ejemplos decir que el aumento en el nivel de sulfatos apunta a un riego ineficiente al final de la campaña que está provocando que la concentración de sulfatos en el suelo aumente y de ahí que la planta los absorba en mayor proporción. Otros dos datos que conviene analizar de esta gráfica es que no hay cambio en los valores de fósforo y magnesio, de ahí que la fruta tenga una susceptibilidad mayor a perder turgencia, al deterioro de los tejidos y aunado a la baja disponibilidad de Mg hacen que la fruta tenga menos resistencia al ataque de enfermedades fúngicas. No hay cambios en estos elementos, simplemente porque la fruta apenas los contiene. Esa fruta por tanto habrá tenido una vida útil más corta de lo habitual, y muy probablemente el cliente se habrá quejado de la merma y habrá castigado el precio.

Traslademos ahora este conocimiento al ámbito de la evaluación agronómica de la parcela en cuestión, los datos que no habían sido interpretados de esta manera permitían pensar que las prácticas era correctas, además de que muy probablemente el rendimiento de la parcela haya sido el esperado, pero de todos los kilos de fruta que se produjeron en la finca en cuestión, muchos en realidad han contribuido a que los compradores hayan hecho reclamaciones por cuenta de la merma, a que durante la producción esas parcelas hayan tenido situaciones límite con enfermedades fúngicas puesto que la planta las resiste más bien poco y con ello el incremento de costes de tratamientos y la aparición de LMR’s en la fruta. Hay que tener en cuenta además, que las deficiencias de fósforo son acumulativas y se agravan con cada ciclo en que se permanece en déficit.

Este ejercicio no significa que esta sea la situación generalizada de los productores de la región, ni que lo que aquí se ha mencionado sea el ejercicio completo. Los ejemplos aquí citados tienen propósito ilustrativo y forman parte de un ejercicio más amplio donde todos los datos están relacionados entre sí, y es necesario verlo en su totalidad para interpretarlos correctamente y adoptar medidas de control adecuadas. Para conocer más del Sistema Zerya, por favor visite la página web www.zerya.org o póngase en contacto a través de consultas@zerya.org

 

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