He sido testigo directo del fuerte impacto que ha dejado la reciente Dana en el sector agrícola de Valencia y España. Las pérdidas en cosechas e infraestructuras han sido significativas, pero tengo confianza en que el sector responderá y seguirá abasteciendo de cítricos, kakis y hortalizas a los consumidores en Europa y en nuestro país.
Entre el 28 y el 29 de octubre, una tormenta de dimensiones históricas azotó Valencia y otras regiones, generando una de las peores inundaciones que he visto en años. Esta situación me ha recordado la gran riada de 1957, aunque ahora, además, lamentamos la pérdida de vidas. También debemos evaluar cuidadosamente el impacto en nuestras cosechas, sin dejarnos llevar solo por las impactantes imágenes de los desbordamientos.
El temporal comenzó afectando los invernaderos de El Ejido, en Almería, donde una intensa tormenta de granizo golpeó unas 4.000 hectáreas, el 10% de las plantaciones. Afortunadamente, tras las primeras evaluaciones, se estima que solo 400 invernaderos han sufrido daños graves en sus cosechas. Esto representa apenas el 1% de la producción total de Almería, un alivio en medio de este desastre.
La situación en Murcia ha sido diferente, ya que allí la lluvia ha beneficiado más que perjudicado. Por ello, me atrevo a asegurar que, a pesar de todo, las hortalizas que España exporta en invierno hacia Europa estarán garantizadas.
«Se estima que las cosechas dañadas abarcan unas 25.131 hectáreas de cítricos, kakis y hortalizas, principalmente»
En Valencia, el día 29 de octubre fue especialmente duro. Vi cómo los ríos y barrancos se desbordaban, afectando a miles de hectáreas de cultivo. En total, se estima que las cosechas dañadas abarcan unas 25.131 hectáreas, principalmente de cítricos, kakis y hortalizas. Aunque no se ha perdido toda la producción en estas áreas, las pérdidas se calculan entre 200 y 400 millones de euros.
La producción de kakis ha sido la más afectada. Este cultivo, que se concentra en la Ribera del Xúquer, ya estaba en su punto de madurez y, lamentablemente, se han perdido cerca de 200.000 toneladas. En cuanto a los cítricos, las lluvias beneficiaron algunas áreas no afectadas directamente, lo que podría equilibrar la pérdida de cerca del 9% de las plantaciones en Valencia.
Los efectos logísticos también han sido un reto, con el tráfico en Valencia limitado para los camiones de exportación de frutas y hortalizas provenientes del sur. Sin embargo, ya estamos trabajando para solucionar este obstáculo, permitiendo el paso de vehículos durante la noche para minimizar retrasos.
A pesar de la magnitud de la tragedia, estoy convencido de que el sector hortofrutícola español se recuperará. Nuestro compromiso sigue firme, y no tengo dudas de que, en poco tiempo, volveremos a abastecer a los mercados europeos y nacionales con la calidad y el volumen que esperan de nosotros.