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Un paseo por el valle de las manzanas

En el Valle Venosta crecen más de 5.200 hectáreas de manzanos, situado en Tirol Sur italiano, este rincón de la naturaleza está lleno de contrastes y cargado de historia.

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La región de Val Venosta donde crecen las manzanas de la Asociación de Productores Hortofrutícolas de Val Venosta se caracteriza por ser un entorno natural lleno de contrastes bañado de una cultura variada con innumerables testimonios de los últimos mil años. Situado al pie de los Alpes italianos este rincón del Tirol Sur que limita en la parte superior con Austria cuenta con grandes atractivos naturales. 

Manzanas Val Venosta ha querido acercar este paraíso con una campaña para dar a conocer a los españoles desde las fruterías y tiendas de confianza las bondades de este valle donde crecen las frutas que más les gustan.  Mari Carmen, fiel de las manzanas Val Venosta, sevillana de Castilleja de la Cuesta es la ganadora de este concurso y será una de las primeras en conocerlo gracias a esta iniciativa. Un lugar donde se ubica el conocido como el Paraíso de las Manzanas que posee un sinfín de actividades de ocio, un patrimonio cultural por descubrir y muchas excelencias por saborear. Estos son los ingredientes del Valle Venosta. 

  • Una ruta a pie por las montañas y senderos del verde Val Venosta. A pesar de encontrarse en Italia, se escuchará más alemán que italiano mientras se recorren en bicicleta o a pie maravillosos caminos y rutas. El Parque Nacional del Stelvio es el lugar perfecto para vivir aventuras al aire libre, mientras que las ciudades medievales, los castillos, los monasterios, los pequeños museos y los pueblecitos rurales del valle aportarán el componente de historia junto a los Alpes cubiertos de nieve. Momento para un disfrutar de un brunch saboreando un clásico strudel de manzanas o bien hacer una visita obligada al impresionante Lago Di Resia, donde recientemente ha emergido Curón, la aldea sumergida en el agua décadas a causa de las obras del embalse. 
  • Visitar a los manzanos en flor en primavera. Entre abril y mayo se da este espectáculo para los sentidos, millones de hectáreas de árboles en flor que preparan la cosecha de las manzanas que en otoño podrán ser degustadas en medio mundo. La naturaleza en todo su esplendor, perfecta para los amantes de la fotografía o instagramers aficionados que quieren plasmar para la posteridaad este proceso. Los cultivos ubicados entre los 500 y los 1.000 metros de altitud se ven protegidos por los macizos montañosos de los Alpi Venoste y Ortler. Así, estas montañas ejercen de ángeles guardianes de cualquier perturbación climatológica capaz de perjudicar el desarrollo óptimo de esta deliciosa fruta.
  • Observar cómo trabajan los agricultores autóctonos. Estas condiciones, no obstante, no serían suficientes si detrás del cultivo de las manzanas Val Venosta no estuviese el trabajo de las 1.700 familias que, hoy en día, cuidan con mimo de esta fruta. Respetan unas tradiciones que han ido pasando de padres a hijos a lo largo de más de cien años. Por ejemplo, el fomento de la biodiversidad y sostenibilidad que practican los agricultores, como agente contra las plagas y enfermedades. Visitar una de esas granjas y ver cómo tratan los cultivos en todo su proceso, desde la plantación a la recolección, pasando por el embalaje en las cooperativas, es una actividad muy recomendable para los que quieran indagar sobre los orígenes de las mejores manzanas de Europa. 
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