Un biofertilizante obtenido a partir de insectos aumenta la precocidad y la productividad de la fresa de Huelva
Los ensayos realizados en San Bartolomé de la Torre revelan un incremento notable de la productividad en el primer mes de campaña, cuando los precios son más altos. También recogen un aumento significativo de la cosecha entre abril y mayo pese a los diferentes factores de estrés que generalmente acechan a la planta al final de la temporada.
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La biotecnológica española Tebrio ha documentado con varios estudios de campo que el biofertilizante orgánico hecho a base de excrementos del insecto Tenebrio molitor (gusano de la harina) tiene una incidencia directa en el aumento de la productividad, la calidad y el desarrollo del cultivo de la fresa en Huelva.
Dichos ensayos, realizados en la localidad onubense de San Bartolomé de la Torre, se llevaron a cabo entre los meses de agosto y mayo, en una parcela agrícola dispuesta en multi túneles con lomos de 30 centímetros de altura y 60 de anchura, donde se plantó la variedad victory. Y entre las conclusiones que se desprenden, destaca un notable aumento en la precocidad de la cosecha durante el primer mes de campaña, pese a las especiales condiciones de temperatura y escasez de agua que han marcado el comienzo de este año.
Del mismo modo, se ha apreciado un incremento significativo de la producción durante todo el ensayo, de entre un 30% y un 50%, en comparación con la cosecha obtenida con otros fertilizantes orgánicos utilizados como referencia de control. Y especialmente, en los últimos dos meses de la temporada, abril y mayo, cuando la planta soporta más estrés y la asimilación de nutrientes se vuelve más complicada.
El biofertilizante :oFrass contribuyó igualmente a incrementar el desarrollo vegetativo y el vigor de las plantas, y mejoró la sanidad del cultivo, utilizando para ello la mitad de la dosis (1250 kg/ha) que habitualmente se emplea de otros fertilizantes de base orgánica.
Primer productor de fresa de Europa
Huelva es líder en el cultivo de la fresa. Sólo en España coloca en el mercado más del 90% del volumen de esta fruta que se consume a nivel nacional. Y al mismo tiempo, es también la mayor productora a nivel europeo. Cuenta con más de 6.000 hectáreas dedicadas a este cultivo, lo que supone algo más del 50% de la superficie total destinada al conjunto de frutos rojos en la provincia (11.802 hectáreas).
Todo ello se debe a unas privilegiadas condiciones naturales y climatológicas, y a las características del propio suelo, a pesar de que este año las altas temperaturas de enero y la sequía puedan acabar mermando una cosecha que el pasado ejercicio superó las 347.000 toneladas.
Según los expertos, el cultivo de la fresa en Huelva se enfrenta a dos graves problemas, que son la falta de agua y las limitaciones en el uso de materias activas para desinfectar los suelos de nematodos y hongos, entre otros parásitos.
“Los excrementos del gusano de la harina pueden ayudar a mitigar esos inconvenientes”, explica Miguel Ángel Álvarez del Real, jefe de la división Agro de Tebrio “Están encapsulados en una membrana de quitina, y eso mejora notablemente la retención de agua en el suelo. Y por otro lado favorecen la implantación y el desarrollo de microorganismos beneficiosos, que no sólo equilibran el entorno radicular, sino que también estimulan las defensas de la propia planta”.
Los estudios llevados a cabo en San Bartolomé de la Torre concluyen también que este biofertilizante permite reducir el uso de fertilizantes nitrogenados. Y puesto que se necesita aplicar menos cantidad para la misma superficie, abarata los costes de abonado y la mano de obra asociada al cultivo.
Calidad de la cosecha
En cuanto a la calidad de los frutos, medida de acuerdo a la metodología propuesta por la Red Andaluza de Experimentación Agraria, cabe destacar una mayor estabilidad y de conservación postcosecha en las fresas obtenidas de la zona donde se aplicó :oFrass, en comparación con los otros fertilizantes orgánicos. Su coloración ha sido además uniforme; el calibre, sensiblemente superior; y las formas predominantes son la cónica y la cuniforme, asociadas a las fresas de mayor tamaño o al fresón. Del mismo modo, los frutos han presentado un valor regular y estable de grados Brix, que determina el nivel de azúcar acumulado.
“Estamos hablando de un biofertilizante con un valor de PH neutro, que cuenta con capacidades bio-fortificantes, bio-estimulantes y bio-fitoforficantes. Y que además mantiene una relación óptima de carbono/nitrógeno. Así que todo eso junto lo hace idóneo para el cultivo de la fresa”, concluye Álvarez.
Sobre TEBRIO
Tebrio es la empresa líder a nivel mundial en la producción y transformación del insecto Tenebrio Molitor. Afincada en Salamanca (Castilla y León), utiliza una tecnología propia y maquinaria industrial patentada en más de 150 países para hacer frente al reto de la seguridad alimentaria y el cambio climático. Sus procesos, basados en la innovación y la tecnología, se apoyan en la Industria 4.0 y desarrollan cuatro productos principales: biofertilizante orgánico para nutrición vegetal, proteína y grasa para alimentación animal y quitina con aplicaciones bioindustriales como el desarrollo de plásticos biodegradables o el tratamiento de aguas residuales. Todo ello basado en soluciones sostenibles que contribuyen al cuidado del medio ambiente y posicionan a Tebrio como compañía de residuo cero.
La compañía se basa en un modelo de economía circular que no genera residuos y apenas emite gases de efecto invernadero. Forma parte del Pacto Mundial de Naciones Unidas, cuenta con la certificación B-Corp, otorgada a empresas con un alto desempeño social y medioambiental, y es embajadora del Pacto Europeo por el Clíma. En 2024 abrirá en Salamanca la mayor granja mundial de insectos, con una extensión de 80.000 metros cuadrados, que le permitirá sacar al mercado 100.000 toneladas de productos al año.