Toñi Piernas recibe con “sorpresa” la noticia de que acaba de ser elegida una de las mujeres más influyentes del sector hortofrutícola. “Parece que los tiempos están cambiando y ya no es cuestión de sexo, sino de profesionalidad y de creer en el trabajo que uno hace”, afirma.
Hija y nieta de agricultores, y nacida “con una alcachofa bajo el brazo por ser lorquina”, como ella misma dice en tono jocoso, dedicarse a la agricultura nunca fue su primera opción; es más, se formó en Turismo por su gran afición a viajar y empaparse de otras culturas. Sin embargo, casualidades de la vida, un día recibió una oferta de Cricket, uno de los mayores productores de brócoli de Europa, para incorporarse a su Departamento de Exportación gracias a su conocimiento de idiomas. “Me quedé asombrada por todo el trabajo que se realizaba en torno a la producción de hortalizas”, recuerda y, entonces, lo tuvo claro: “Había que dar a conocer la profesionalidad con la que se hacía todo ese trabajo”.
«Desde el principio tuve claro que había que mostrar la profesionalidad del campo»
Fue entonces cuando, gracias a su formación en promoción, innovación, marketing y comunicación, y “con el apoyo de mis compañeros”, comenzó a poner en marcha el Departamento de Comunicación de la compañía en un momento en el que, en nuestro país, se empezaba a hablar del brócoli y sus beneficios nutricionales. Y a día de hoy, no sólo dirige ese departamento, sino que acaba de renovar por tres años más la Presidencia de +Brócoli, asociación de la que ha sido la primera mujer al frente.
Reconoce que este cargo le ha otorgado una mayor visibilidad y proyección, lo que unido al gran interés que suscita hoy día esta verdura hace que muchos medios de comunicación e influencers contacten con la asociación, o directamente con ella, para saber más sobre el brócoli. Gracias a +Brócoli, ha seguido creciendo profesionalmente, y hoy asume la promoción y el marketing de productos saludables como el brócoli como “un reto muy ilusionante”.
Con la visibilidad que, como ella misma reconoce, le da la asociación (y Alcachofa de España, de la que también forma parte), aprovecha para reivindicar las dificultades que, aún hoy, encuentran muchas mujeres para conciliar. “Ser madres nunca debe ser un freno para continuar creciendo profesionalmente”. Y trata de insuflarles ánimo a esas muchas que no gozan del reconocimiento que merecen: “No perdáis la ilusión por lo que hacéis, disfrutad y aprender por el camino y, sobre todo, nunca de dejéis de creer en vosotras mismas. El reconocimiento puede llegar con los años o, simplemente, no llegar, pero lo importante es sentirse satisfechas por el trabajo realizado”.
Por último, y aunque reconoce que la paridad es cada día más real en las empresas agro, y en la sociedad en general, se muestra cauta. “Atravesamos una situación histórica compleja, y en un escenario en el que probablemente se reduzca el empleo, las oportunidades para las mujeres pueden ser más desfavorables”, concluye.
Comunicar y enseñar
• Un referente: Muchas mujeres, sobre todo las de su familia, que se han dedicado a este sector de forma incansable y su trabajo no ha sido remunerado ni reconocido.
• Un hito: Presidir una asociación del sector.
• Un reto: Idear alguna campaña de promoción que tenga un gran calado en la sociedad.