Soluciones a procesadoras de hortalizas durante el Covid-19
TOMRA Food está poniéndose en contacto con empresas procesadoras de verduras para afrontar los desafíos provocados por la pandemia del COVID-19. Mediante una campaña para explicar cómo las tecnologías de clasificación más recientes e innovadoras pueden ayudar a superar los problemas operativos provocados o agravados por las consecuencias económicas de la pandemia.
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El cierre forzoso de cadenas de comida rápida y restaurantes y la cuarentena impuesta en multitud de países han alterado los hábitos de compra de alimentos. Como la gente ha pasado a cocinar más en casa, la demanda de verduras de todo tipo (frescas, congeladas y en conserva) ha aumentado significativamente. En cuanto empezó la cuarentena, la demanda superó rápidamente a la oferta, y aun hoy las ventas de verdura siguen en muchos sitios un 30-35 % por encima de los niveles de 2019.
En un sector cuyo crecimiento de ventas suele medirse en cifras por debajo del 10 %, es una diferencia enorme. Muchas procesadoras se encuentran, por tanto, bajo una presión nunca vista para mejorar su productividad y aumentar la producción. Al mismo tiempo, además, deben resistirse a la tentación de acelerar tanto la producción que la calidad de sus productos pueda verse afectada. No obstante, no todas las procesadoras cuentan con la tecnología o el personal necesario para gestionar esta situación.
Otro desafío para estas empresas son los tradicionales problemas para contratar y fidelizar la mano de obra, que han empeorado al aumentar el volumen trabajo de las procesadoras. Las prohibiciones de la movilidad internacional han impedido contar con trabajadores estacionales, y las noticias sobre brotes de COVID-19 en plantas de procesamiento de alimentos han hecho que los trabajadores locales sean reacios a aceptar puestos de trabajo en este tipo de empresas. Esta situación es especialmente complicada para empresas chapadas a la antigua que emplean trabajadores para tareas de eliminación de materiales extraños y productos defectuosos de las cintas transportadoras de la línea de producción.
Un tercer desafío para las empresas procesadoras es la protección de los trabajadores ante posibles brotes, para lo que están teniendo que adoptar medidas de distanciamiento interpersonal y facilitar a sus trabajadores equipos de protección individual. Esta situación se suma a los inconvenientes y gastos que supone realizar a mano tareas de la línea que podrían mecanizarse y automatizarse. E incluso una vez finalicen las restricciones a la movilidad y se esfume por fin el miedo al COVID-19, la mano de obra seguirá siendo escasa. La mayoría de trabajadores no cualificados de países desarrollados prefiere la seguridad de un contrato fijo a los contratos estacionales, y los trabajadores no cualificados de países en vías de desarrollo tienen cada vez más opciones de optar por trabajos más atractivos.
A pesar de todo, existen soluciones probadas para todos estos desafíos. Y son estas soluciones las que TOMRA Food está dando a conocer mediante su campaña, con la que destaca las posibilidades de la clasificación óptica y las máquinas de pelado al vapor, en combinación con puesta en marcha y soporte técnico a distancia, ahora que las procesadoras de verduras lo necesitan más que nunca.
Según Ashley Hunter, Vicepresidente sénior y Director de TOMRA Food Sorting: «Nuestra tecnología puede resolver los desafíos planteados o agravados por la pandemia del COVID-19. Las sofisticadas máquinas de clasificación actuales pueden reducir la dependencia de la mano de obra, maximizar la capacidad de la línea y procesar grandes volúmenes de verdura, día y noche si es necesario, preservando la seguridad y la calidad de los alimentos. En esta época tan complicada que estamos viviendo, es más importante que nunca que las procesadoras de verduras conozcan estas opciones».
Hay clasificadoras, como la Sentinel II de TOMRA, ubicadas al comienzo de la línea de procesamiento, que evitan que entre material extraño como ratones, serpientes y ranas, o piedras, plástico o vidrio. Otras, como la TOMRA 5B, se ubican más adelante en la línea, donde pueden realizar distintas tareas: detectar hierbas como las tóxicas estramonio y belladona; eliminar fragmentos de materiales extraños, incluso los más pequeños; y detectar golpes o decoloraciones de la piel de la verdura, imperfecciones que, de llegar al supermercado, perjudicarían la venta del producto y podrían hacerse «virales» rápidamente y provocar importantes daños comerciales.
Otra ventaja muy importante de estas máquinas es su papel emergente en la digitalización de líneas de producción, cada vez más conectadas y controlables a distancia mediante la recogida y el análisis automatizado de datos. Su capacidad para recopilar, analizar y reaccionar rápidamente a los datos recogidos está permitiendo establecer y personalizar parámetros para la maquinaria con un nivel de precisión inimaginable hasta ahora.
Los usuarios de estas máquinas también se benefician del soporte a distancia que TOMRA Services ofrece por internet, y minimizan así el número de personas que accede a sus plantas de producción: demostraciones a distancia de tecnologías nuevas, soporte a distancia durante la instalación y puesta en marcha de líneas de producción, y soporte a distancia en caso de problemas técnicos. El equipo TOMRA, que cuenta con un servicio completo en numerosos países y un equipo global de ingenieros de campo, puede ayudar a cualquier cliente, esté donde esté, en cuestión de minutos.
TOMRA Food invita a cualquier procesadora de verduras a consultar más información sobre la ayuda que puede ofrecerles, tanto durante la crisis del COVID-19 como en muchas otras cosas, para lo cual pueden ponerse en contacto con la compañía o visitar su página web y conocer así los consejos que encontrarán en la sección de Noticias alimentarias.