Los hechos se remontan a la pasada primavera, cuando ambas compañías mantenían conversaciones por iniciativa del consejero delegado de Carrefour, Alexandre Bompard, quien se mostraba partidario de buscar aliados en el sector para seguir creciendo. 

Así lo había demostrado en varias ocasiones, y tras la ruptura de las negociaciones con la empresa canadiense Couche-Tard, como consecuencia de la oposición manifestada por el Gobierno francés, el CEO de Carrefour no quiso cerrar puertas a otras alianzas. No obstante, la decisión de concluir estas negociaciones procedió del propio comité estratégico de Carrefour, por recomendación de Alexandre Bompard, ya que consideraba demasiado complejo un posible acuerdo con Auchan.

Sin embargo, esta vez, sería Auchan la que estaría planeando realizar una oferta por Carrefour. El retailer, propiedad de la familia Mulliez, podría pagar 23,50 euros por acción y contaría con el respaldo de sociedades de inversión como CVC, KKR y CD&R. 

Según Bloomerg, esta asociación ayudaría a los Mulliez a crear la mayor tienda de comestibles de Francia y fortalecer su posición tras los retos planteados por sus rivales alemanes discounters. Cualquier acuerdo alcanzado necesitaría el respaldo de los accionistas principales de Carrefour, la familia Moulin y el magnate minorista brasileño Abilio Diniz.

En este sentido, la posible fusión de Carrefour y Auchan supondría la unificación de dos compañías con una estructura societaria bien distinta. Mientras que la primera es una empresa cotizada, la segunda tiene un origen familiar fuertemente arraigado.