Con una cuota de mercado cercana al 9%, Rijk Zwaan se sitúa en el ‘Top 4’ de las principales empresas de semillas hortícolas del mundo. La firma de origen holandés cerró el ejercicio 2019/2020 con una facturación de 477 millones de euros, un 8,5% más respecto al año anterior, y lo hizo creciendo en casi todos los cultivos y regiones. Asimismo, invirtió 130 millones de euros en I+D, el 27,5% de sus ingresos anuales.
Rijk Zwaan cuenta actualmente con un portfolio de más de 1.500 variedades de hortalizas, adaptadas a las distintas zonas de producción, métodos de cultivo y demandas de los consumidores. En este sentido, Ben Tax, miembro de la Junta Directiva de la casa de semillas, explica que “traducimos los deseos y necesidades del mercado en objetivos para nuestros programas de mejora” y, de hecho, “en nuestros laboratorios, realizamos investigaciones en los campos de la biotecnología, la calidad de las semillas y la fitopatología para acelerar esta actividad y poder suministrar semillas de la mejor calidad”.
Entre sus novedades de la última campaña, destacan sus variedades de pepino resistente a fusarium, además de su primera berenjena sin pelo, Kesia RZ, con la que Rijk Zwaan introduce en el mercado su nuevo concepto CleanLeaf, presentado esta misma semana en Fruit Attraction.
Asimismo, la compañía ha respondido también a las nuevas tendencias de consumo con la introducción de variedades vegetales especialmente diseñadas para kits de comida fresca o el cultivo ecológico.
Inversiones
Entre sus inversiones durante el pasado ejercicio, destacan su nueva oficina central en China, inaugurada en mayo de 2020, y que es también una estación de investigación y demostración, así como sus nuevas instalaciones en Chile y Polonia. Además, está previsto que este mismo año finalicen las obras de construcción de su nueva planta de producción de tomates, pimientos y berenjenas en De Lier, que supone la mayor inversión en obra nueva de la empresa.
Rijk Zwaan ha continuado creciendo incluso en tiempos de crisis. En esta línea, Tax recuerda que, a pesar del impacto del COVID-19 en la economía mundial, que “presentó una serie de desafíos logísticos, los gobiernos se dieron cuenta rápidamente de que las semillas hortícolas son importantes para el suministro mundial de alimentos y, gracias a los ‘corredores verdes’, las fronteras internacionales se mantuvieron abiertas para nuestro sector”.
Asimismo, y sobre el futuro, se muestra optimista, si bien reconoce que “los diferentes canales de venta están reaccionando a la situación creada por el COVID-19 de forma distinta y, cuanto más duren las restricciones en los viajes, mayores serán los desafíos”. Aun así, afirma que “también hay oportunidades” y, en este sentido, reitera el compromiso de Rijk Zwaan con el creciente enfoque de la sociedad para que los alimentos saludables estén disponibles para todo el mundo: “Queremos contribuir a esta causa sentando las bases para la producción de unas hortalizas saludables y atractivas”.