Proexport asegura que no habrá desabastecimiento de frutas y hortalizas tras el temporal
La organización apela a la responsabilidad para no generar una crisis en el sector. El Consejo de Ministros aprobará el viernes medidas fiscales y ayudas para los afectados.
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Respecto a las numerosas peticiones de los ayuntamientos y las comunidades autónomas para la declaración de zona catastrófica, el ministro apuntó que las respectivas Delegaciones de Gobierno «están recopilando la información, ya que el Ejecutivo ha de dar una respuesta lo más inmediata posible, teniendo en cuenta todas las circunstancias». Luis Planas, que visitó días atrás Molina de Segura, explicó que hay amplias zonas afectadas en la Región de Murcia, Comunidad Valenciana, Andalucía, Castilla-La Mancha y Madrid «que deberán tener ese tratamiento», una declaración que «no es una varita mágica, sino un instrumento a través del cual se coordinan una serie de actuaciones de diversos ministerios para dar una respuesta más eficaz», añadió.
A su juicio, lo importante es «la agilidad y prontitud en la toma de decisiones», ante la «situación muy grave» que atraviesan varias zonas. Entre las propuestas que puede aprobar el Gobierno, «que por estar en funciones tiene una capacidad de actuación limitada», se ha referido a posibles medidas fiscales y ayudas extraordinarias.
Inquietud de los regantes
Las organizaciones agrarias han comenzado ya a evaluar los daños causados por la gota fría en toda la Región. El presidente de los regantesde Lorca, también presidente la asociación de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas de la Región (Proexport), Juan Marín, solicitó ayer «responsabilidad» a la hora de difundir información sobre las pérdidas agrícolas por la gota fría, para no alertar de desabastecimiento a los mercados y perder clientes internacionales en las próximas semanas. Recalcó que no habrá desabastecimiento.
Aseguró que eso ocurrió en el año 2012, cuando tras las inundaciones los agricultores «salimos a la calle con tremendismo, diciendo que se habían arrasado las cosechas». La consecuencia, explicó, fue la pérdida de clientes asustados por el desabastecimiento, y que terminaron consumiendo productos extremeños e italianos. «Se generó una crisis agroalimentaria» porque sobró el 30% de la producción lorquina, que los agricultores tuvieron que destruir.