El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) convocó ayer 19 de septiembre, al sector de fruta de hueso para hacer balance de la campaña y preparar el informe de aplicación del Plan de medidas para la mejora del sector de fruta dulce, que diseñó tras la catastrófica campaña de precios registrada en 2017.
El punto de inflexión del sector lo marcó el veto de Rusia a la entrada de fruta de hueso producida en la Unión Europea (UE) en agosto de 2014, hasta entonces un mercado importante para unos productos tan perecederos como los melocotones, ciruelas, nectarinas, paraguayas y pavías españolas.
Medidas para la supervivencia del sector
Tras casi una veintena de reuniones de Agricultura con organizaciones agrícolas, cooperativas y exportadores y la asistencia puntual de la distribución, el MAPA diagnosticó la necesidad de acometer medidas para la supervivencia del sector.
A su juicio, había que reequilibrar la oferta y demanda, y reestructurar el sector; se comprometía a inyectar liquidez a corto plazo con ayudas a través de la Sociedad Anónima Estatal de Caución Agraria (Saeca) y recomendaba la creación de una interprofesional.
Las organizaciones agraria Asaja, COAG y UPA -aunque demandaron sin éxito una línea específica de ayudas para el arranque de árboles para ajustar la oferta- estaban esperanzadas en conseguir unos precios dignos en la campaña 2018 ante las previsiones de menor cosecha tras las lluvias en plena floración.
A día de hoy, la desilusión es la palabra más repetida al hacer balance, ya que los productores de melocotón, nectarina, melón y sandía lamentan de haber percibido unos precios bajos y muy alejados de los que ha pagado el consumidor por ellos en la distribución.
“El producto en los lineales es tres o cuatro veces superior a lo que le están pagando a los agricultores”, apuntó a Efeagro el director técnico de Asaja, José Ugarrio, quien aseguró que es un síntoma de que “el funcionamiento de la cadena, cuyo objetivo era que el agricultor percibiese unos precios justos acordes con el esfuerzo que hace y con sus costes”, no es el adecuado.
“Aunque no sea la panacea que vaya a solucionar todos los problemas, una interprofesionalpermitiría al menos verte la cara con la distribución y tomar una serie de medidas, como una extensión de norma, para hacer campañas de promoción como en el vino o aceite”, sostuvo.
Sector hortofrutícola, mayor porcentaje de sanciones de la AICA
De hecho, el sector hortofrutícola acumula el mayor porcentaje -el 35 %- de las sanciones de la Agencia de Información y Control Alimentarios (AICA) desde su creación en 2014, lo que evidencia las irregularidades que existen.
Desde COAG, el responsable de fruta dulce, David Borda, califica de “nefasto” que con un 25 % menos de volumen que en 2017 los precios hayan sido bajos y muy alejados de los niveles de referencia del sector -el trienio 2010/12-, “cuando el paraguayo se pagaba en campo a 80 céntimos/kg”.