La compañía familiar valenciana Patatas Lázaro ha incrementado un 55% las hectáreas de cultivo propio en los últimos dos años, en el territorio nacional. Lo ha hecho de forma progresiva, como reflejo de su apuesta por el cultivo nacional y su condición de agricultores. “A pesar de los desafíos planteados por la climatología en el 2023, con sequías y lluvias como enemigos constantes, hemos logrado superar los obstáculos y reafirmado nuestro compromiso con el campo español”, señala Cristina Lázaro, directora de Desarrollo de la empresa y miembro de la tercera generación familiar.
Además, Cristina Lázaro destaca que el 70% de las patatas que la compañía ha llevado a los hogares en 2023 fueron españolas y ha subrayado la apuesta de la compañía por el cultivo nacional, con referencias con origen España los 365 días del año, “somos N+Ñ, patata nueva de España todo el año”, ha añadido.
Compromiso con el campo español
El director de compras y campo, Carlos Lázaro, también ha querido reflexionar sobre la situación actual del campo, marcada por un auge de la importación de patata y una reducción de la superficie nacional del cultivo. “Desde Lázaro seguimos apostando por cuidar nuestros cultivos y a nuestros agricultores españoles, si bien es cierto que el campo necesita ayuda y soporte para que estas cifras de importación no sigan subiendo y se revalorice el producto nacional, una preocupación que llega desde el campo hasta al consumidor”.
También ha hecho balance de la campaña de 2024, marcada por unos precios elevados de principio a fin por una mayor demanda que oferta. El inicio de temporada de patata temprana fue “ágil” como consecuencia de una bajada en la calidad de la patata de importación y porque “el consumidor español prefiere el producto nacional” lo que incentivó el cambio de origen. Además, debemos tener en cuenta que este año ha habido una mayor búsqueda de patata española por parte de otros países europeos, de oriente e industrias de procesado.
A esto hay que sumarle que este año la superficie plantada en el sur de España ha sido inferior. Además, se vio afectada por las lluvias de Semana Santa que redujeron la productividad del campo un 30% por la aparición de plagas como el mildiu y el gusano de alambre. Esta circunstancia, unido a la alta demanda, dejó el mercado vacío e incentivó los arranques tempranos en Castilla y León donde se plantó de forma muy escalonada, permitiendo así que no se pronunciara, aún más, la escasez en pleno verano. Esa falta de abastecimiento también propició que los precios se mantuvieran elevados.
En estos momentos, el mercado está con las cosechas tardías de Castilla y León y comenzando con las importaciones de producto francés. En Lázaro, ‘fieles a nuestro propósito continuamos ofreciendo al consumidor la patata tardía española, que es especialmente rica para la cocina tradicional de esta época del año’
A pesar de los desafíos mencionados, Patatas Lázaro avanza con determinación. Siguen apostando por patata nueva de España todo en año. Por ello, entre finales de agosto y principios de septiembre realizaron la siembra de las plantaciones de invierno, conocidas también como verdete, en Andalucía y Murcia. Afirman que están muy contentos por la evolución de la patata en su primera fase del cultivo.
Además del crecimiento en cultivos, la empresa familiar valenciana sigue destacando por su alto compromiso con la sostenibilidad -mejorando la eficiencia energética con placas solares- y la tecnología, con un inminente “salto tecnológico” que les permitirá adaptarse a la evolución de los clientes y su nuevo modelo de negocio.