En este contexto nace GOS ACCESO, un grupo operativo supraautonómico que trabaja en la optimización de estrategias para facilitar esta transición.
José Antonio Navarro Borcha, director del Clúster de Innovación Agroalimentaria de la Comunidad Valenciana, lidera el proyecto GOS ACCESO, una iniciativa clave para facilitar la implementación de los ecorregímenes en el sector agroalimentario.
Con una destacada trayectoria en la gestión de proyectos, ha sido reconocido como mánager de innovación por su labor en la resolución de desafíos agroindustriales. Su visión estratégica y experiencia en soluciones sostenibles han sido clave en el desarrollo de GOS ACCESO.
En esta entrevista, José Antonio nos detalla el alcance del proyecto, su impacto en la adaptación a la nueva PAC y cómo la aplicación de ecorregímenes puede contribuir a reducir costes y mejorar la competitividad del sector.
Para quienes aún no conocen GOS ACCESO, ¿Quién participa en GOS ACCESO?, ¿cuál es su objetivo principal y qué problemáticas del sector agroalimentario busca resolver?
ACCESO es el nombre de un grupo operativo supra autonómico que nace en el seno de unas ayudas de los fondos Next Generation, cuyo objetivo es dar accesibilidad a los ecorregímenes con soluciones optimizadas.
Ante la necesidad de que las ayudas estuvieran canalizadas a través de entidades sin ánimo de lucro y teniendo objetivos en común, surgió la asociación de los siete socios que conforman el grupo operativo: Clúster de Innovación Agroalimentaria de la Comunidad Valenciana como representante del GOS, ZERYA Producciones Sin Residuos, el Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario (CTAEX), Fundación Global Nature, la Agrupación de Cooperativas Agrarias de Extremadura (ACOPAEX), Grupo AN y la Unió Llauradora i Ramadera (LA UNIÓ).
¿Cómo encaja GOS ACCESO en el contexto de las nuevas normativas europeas y la PAC? ¿De qué manera responde a los desafíos que plantea la nueva PAC para los agricultores? ¿Cómo puede ayudar GOS ACCESO a los productores a adaptarse a estos cambios?
La PAC es una gran herramienta de financiación que cambia periódicamente. La PAC actual incluye medidas agroambientales que promueven prácticas agrícolas sostenibles y la conservación de los recursos naturales. Este es el marco en el que se desarrolla este GOS.
Además, es una política ya arraigada en la UE la de disminuir o eliminar, en la medida de lo posible, los tratamientos con pesticidas en la producción hortofrutícola. Los agricultores soportan unos costes cada día mayores en la adquisición de estos fitosanitarios, al tiempo que se limita su uso y, como consecuencia, las cosechas pierden competitividad.
En este proyecto se pretende hacer una estimación del impacto de la implementación de las prácticas agrícolas incluidas en los ecorregímenes sobre la renta de los agricultores, dándoles la confianza que necesitan para sumarse a esta iniciativa. Además, estos ensayos se van a materializar en una guía práctica accesible para los productores, permitiéndoles aplicar correcta y eficazmente los ecorregímenes en sus parcelas.
Si se consigue llevar a cabo la mejora propuesta en el proyecto, su resultado podrá ayudar a los agricultores a reducir sus costes de prevención y control de plagas, al tiempo que se trabaja eficazmente en la preservación del medio ambiente y la salud y fertilidad del suelo.
¿En qué se diferencia GOS ACCESO de otras iniciativas similares?
El proyecto GOS ACCESO es diferente porque se preocupa no sólo por cumplir con los estándares de la nueva PAC, sino también por los intereses y la rentabilidad de los agricultores, lo cual consideramos primordial para que haya una aceptación de la nueva versión de la agricultura que se plantea. Pretendemos acercarnos a los agricultores, facilitarles toda la ayuda posible para que puedan aplicar los ecorregímenes en sus parcelas y velar por sus intereses económicos.
El proyecto trabaja 4 cultivos, de los cuales algunos están obligados a aplicar estas prácticas y otros no, por lo que contamos con ambas perspectivas.
A nivel medioambiental, ¿de qué manera contribuye este proyecto a la sostenibilidad del sector agroalimentario? ¿Cómo ayuda el proyecto a la sostenibilidad y la resiliencia climática? ¿Qué soluciones ofrece para optimizar el uso de insumos? ¿En qué medida facilita la adopción de nuevas tecnologías entre los agricultores?
Parece evidente que la utilización de estas prácticas va en la línea de la mejora de la sostenibilidad y del medio ambiente, al reducir o eliminar el uso de pesticidas, hacer una mejor gestión de los fertilizantes, conservar el suelo y promover la biodiversidad.
La solución consiste en sustituir los insumos de fitosanitarios por prácticas como la creación de islas de biodiversidad donde los depredadores de las plagas puedan desarrollarse y, por tanto, ser eficaces en la erradicación de estas plagas. También se utiliza la inoculación de microorganismos en el suelo para promover la competencia por el sustrato y limitar el crecimiento de microorganismos patógenos. Por otro lado, trabajamos con cubiertas vegetales, las cuales mejoran las propiedades físico-químicas del suelo, aumentan la actividad microbiológica y protegen al suelo frente a fenómenos meteorológicos como la erosión.
Por su parte, las nuevas tecnologías que se implementan en los ensayos trasladan al agricultor conocimiento sobre el uso de herramientas digitales como los sensores.
Uno de los retos del sector es la brecha tecnológica. ¿Qué papel juegan la digitalización y la innovación en las soluciones que proponen? ¿Cómo se está ayudando a los agricultores a adoptar estas herramientas?
La innovación y la digitalización son clave para el funcionamiento y el éxito del proyecto. Dado que los agricultores van a tener que utilizarlos, sin otras posibilidades que sean rentables, su uso les debe poner en el camino del aprendizaje, y de la pérdida de miedos hacia las nuevas tecnologías.
¿Qué avances o logros han conseguido hasta ahora dentro del proyecto?
Por el momento se están implementando las prácticas contempladas en los ecorregímenes en las parcelas de los agricultores. Tenemos dos campañas por delante para obtener resultados. Se están realizando los ensayos en pera en Navarra, tomate de industria en Navarra y Extremadura, maíz en Castilla y León y caqui en la Comunidad Valenciana.
¿Cuáles son las principales dificultades que han encontrado en su implementación?
Al ser un proyecto experimental, hemos tenido que hacer una profunda investigación y consultar con expertos de entidades reconocidas en nuestro país. Con ello conseguimos que las estrategias que se están implementando resulten más efectivas para encontrar soluciones óptimas por cultivo y región.
Por otro lado, en el mundo de la agricultura siempre hay imprevistos, como las condiciones climáticas y es algo con lo que tenemos que contar. El pasado mes de octubre tuvimos que reestructurar el ensayo en la parcela de caqui debido a las consecuencias de la DANA en Valencia (Sueca). También hace un tiempo que no cesan las lluvias en buena parte de España y en las parcelas de Navarra (Tudela) y Extremadura (Medellín) se han tenido que posponer las labores previstas.
Desde su experiencia, ¿Cuál cree que es el futuro de la agricultura en España y cómo pueden contribuir proyectos como este?
Las diferencias con los países competidores de nuestra economía agrícola son muy elevadas, y cada vez lo serán más, puesto que principalmente nos aventajan en costes, si bien no sucede lo mismo en cuanto a la calidad de nuestros productos.
Así pues, el futuro debe pasar por todo aquello que suponga rebajar las ventajas de nuestros competidores, en especial utilizando las tecnologías tanto en producción como en prevención y calidad.
Puesto que tenemos desventaja en mano de obra, tomemos la ventaja en recursos humanos especializados; puesto que las restricciones de insumos nos afectan más a nosotros que a nuestros competidores al no existir clausulas espejo, trabajemos en la sustitución de los insumos, y puesto que nuestra calidad es diferencial en la inmensa mayoría de los casos, debemos afianzarla y elevarla en todo lo posible. Para todo esto debemos utilizar las tecnologías que están a nuestro alcance, y las prácticas diferenciales en el campo. Para esto, nuestro proyecto es primordial, de modo que podamos darle al agricultor una alternativa rentable y de éxito.