La Conselleria de Agricultura ha confirmado a La Unió de Llauradors la existencia de algunas parcelas en la Comunitat Valenciana plantadas con la variedad de mandarina híbrida de origen israelí, denominada Sigal, que no han pasado ni la fase de cuarentena legalmente establecida ni se ha comprobado que estén saneadas.
La organización que lidera Ramón Mampel denunció estos hechos hace unos meses a la administración autonómica para que a través de su Servicio de Sanidad Vegetal actuara e inspeccionara las parcelas y en su caso aplicara la legislación vigente que dispone ya que «no se puede cultivar en nuestro territorio ninguna variedad de cítricos que no haya pasado el periodo de cuarentena correspondiente o se haya certificado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA) que está completamente saneada».
Transmisor de plagas
La Conselleria de Agricultura, como medida fitosanitaria y dando la razón a La Unió, firmó en junio una resolución por la cual obligaba a los propietarios a destruir el material vegetal de la variedad Sigal por no estar saneado y ser posible transmisor de plagas.