El caqui ya no es lo que era
Mientras hace unos años representaba la alternativa a la crisis citrícola, ahora supone un cultivo arriesgado y poco rentable. Las incidencias climáticas como el pedrisco, unidas a los efectos del cotonet y otras plagas como la mosca blanca, y los altos costes de producción ocasionados por el aumento de tratamientos, entre otros motivos, “están llevando a muchos de sus agricultores a la ruina, por lo que los productores están empezando a arrancar”, manifiesta Pascual Prats, presidente de la Asociación Española del Kaki
El sector, más unido
No hay nada como tener un enemigo común (el cotonet) para que el sector productor en su conjunto decida por fin acercar posturas y trabajar juntos para combatirlo. Productores, comercializadores, Administración y asociaciones agrarias van de la mano para buscar soluciones a un problema que les está suponiendo una pérdida de al menos 25 millones de euros por campaña y que, junto al pedrisco, esta temporada representan una merma en el volumen de producción de 100 millones de kilos de caqui, más de un 30% del total.
Europa puede saturarse
Pese a que se espera un importante descenso en la producción, hay incertidumbre en cuanto al destino del producto, ya que la falta de contenedores y su alto coste pueden limitar los envíos fuera de Europa y, por tanto, tener que quedarse la mayor parte del volumen en el continente, con el consiguiente efecto de precios a la baja. “Por el momento, las cotizaciones están siendo buenas y esperemos que continúen estables”, afirma Prats.
Promoción
La Asociación Española del Kaki es consciente de la importancia de seguir fomentando el consumo de esta fruta fuera y dentro de nuestras fronteras. Para ello, colabora con universidades en el análisis de las propiedades saludables del caqui para su posterior difusión. Además, este año se ha adscrito a un programa europeo de promoción, Mediterranean Combo, y ha potenciado sus redes sociales para fomentar el consumo del producto entre los más jóvenes.