Ocho de cada diez consumidores andaluces consideran que, en general, la información de las etiquetas no es clara. La mitad de los encuestados cree que los términos técnicos son de difícil comprensión y solo un 5,8 % comprende claramente las etiquetas.
Nueve de cada diez andaluces se preocupa por sus hábitos alimentarios. Un 31,8% de los consumidores reconoce que se preocupa mucho, mientras que un 61,4%, bastante.
En Andalucía igual que en el resto de España, la lectura del etiquetado de los productos sigue sin ser un hábito consolidado entre los consumidores. El etiquetado ayuda a saber qué contiene cada alimento y en qué porcentaje para así poder hacer una mejor elección en la elaboración de unos menús más saludables, equilibrados y moderados, sin embargo, hoy en día una gran parte de la población no hace un uso adecuado. Según el I Estudio sobre el Uso y la Interpretación del Etiquetado de Alimentos de la Fundación Española de la Nutrición a propuesta del Grupo Gallo, nueve de cada diez andaluces se muestran preocupados por sus hábitos alimentarios. Sin embargo, seis de cada diez admiten que no leen las etiquetas de manera habitual. La investigación, realizada en una muestra de 4.640 personas de entre 18 y más de 70 años de las 17 comunidades autónomas, también señala que ocho de cada diez consumidores consideran que la información proporcionada en el etiquetado no es clara y creen que muchos términos son difíciles de entender y tan solo un 5,8% asegura comprenderlas claramente.
«De manera generalizada, los consumidores no comprenden el contenido de las etiquetas de los productos o no saben cómo interpretarlas adecuadamente. Esto genera una creciente demanda de etiquetas más comprensibles. Además, la preocupación sobre los hábitos alimentarios de los españoles está en aumento, y, cada vez más, buscan tomar decisiones informadas para mejorar su salud. Es crucial tener una mayor educación nutricional y proporcionar información más transparente y accesible para empoderar a los consumidores», explica Rosaura Leis, presidenta de la Fundación Española de la Nutrición (FEN).
Entre los principales motivos para no consultar el etiquetado, los encuestados mencionan la percepción de que no les aporta información relevante para su alimentación, además del tamaño de la letra y la falta de tiempo.
«Es fundamental que los consumidores puedan entender fácilmente la información nutricional y los ingredientes de los productos que adquieren. Nosotros ya estamos llevando a cabo este esfuerzo, implementando etiquetas más transparentes y comprensibles. Este estudio busca ser parte de una necesaria pedagogía que junto a un etiquetado claro es clave para que los ciudadanos puedan recuperar la confianza en las etiquetas de los productos. Así queremos conseguir que se sientan seguros de que están apostando por alimentos de calidad que contribuirán positivamente a su salud y bienestar», destaca Fernando Fernández, presidente ejecutivo del Grupo Gallo.
Solo 4 de cada 10 andaluces lee siempre las etiquetas
Andalucía se sitúa entre las comunidades autónomas con mayor hábito de lectura de etiquetas, aunque sigue siendo bajo: solo un 36,5% de los andaluces afirma leerlas siempre o casi siempre. Además, un 40,8% reconoce hacerlo de forma ocasional, un 14,4% únicamente en determinados productos y un 8,3% admite no leerlas nunca. Por delante de Andalucía (36,5%) se sitúan las Canarias (41,5%) y Baleares (38,3%). Mientras que, al otro extremo, Galicia (30,2%), Comunidad Valenciana (30%) y Asturias (28%), se encuentran a la cola.
La razón principal que alegan para no leer las etiquetas es por la percepción de irrelevancia de la información que aportan (34,9 %), seguido del tamaño reducido de la letra (33,3%), la desconfianza (19%), la falta de tiempo (15,9%) y la dificultad por comprender la información (12,7 %).
Aunque una gran parte de los andaluces reconocen no leer las etiquetas de los alimentos en el supermercado, tres de cada cuatro admiten que la información del etiquetado les influye mucho (20,6%) o bastante (51,9 %) al hacer la compra.
Siete de cada diez consumidores muestran interés en conocer la composición del producto para mantener una dieta equilibrada, mientras que el 61,7 % se interesa por la calidad y seguridad alimentaria. Otros factores valorados incluyen el rechazo a los alimentos con aromas artificiales (17,3 %), los ingredientes frescos (17,3 %) y la necesidad de atender a restricciones por motivos de salud, como alergias o dietas específicas (12,1 %).
En cuanto a la idoneidad de la información en las etiquetas, un 25,2 % considera que es suficiente para escoger la mejor opción, mientras que un 65,9 %, opina que depende del tipo de producto. Un 8,9% asegura que la información no es suficiente para casi ningún producto.
La atención que se presta a las etiquetas varía según el tipo de producto: los consumidores andaluces se fijan más en el etiquetado de los productos nuevos o desconocidos (72,4%), seguidos de alimentos envasados (63,1 %) y alimentos procesados o ultra procesados (59,3%). En cambio, prestan menos atención a los alimentos percibidos como saludables (36,4%), probablemente debido a la confianza en su calidad percibida.
Ocho de cada diez consumidores de la comunidad autónoma consideran que en general la información de las etiquetas no es clara
En general, los consumidores demandan una mayor claridad en el etiquetado de los productos. Solo un 23,1 % considera que la información es clara en general, mientras que un 44,8 % la encuentra mayormente comprensible, aunque reconoce que algunos términos son complejos. Un 29,2 % percibe confusión en algunas etiquetas, y un 2,9 % indica que le resulta muy difícil entenderlas. Más de la mitad cree que los términos técnicos son difíciles de entender y solo un 5,8% asegura comprenderlas claramente.
También hay una amplia mayoría de ciudadanos que no sabe que los ingredientes se listan de mayor a menor cantidad. Un 50,5% lo desconoce y un 15,2 % nunca se lo ha planteado, mientras que solo un 34,3 % afirma conocerlo. Los consumidores también reconocen desconfiar de términos como “bajo en”, “rico en” o “sin”. Un 43,7 % los considera claros, pero no siempre confía en ellos, mientras que un 45,1% los encuentra confusos o ambiguos en algunos casos. Solo un 8,3% confía plenamente en ellos.
Nueve de cada diez andaluces se preocupa por sus hábitos alimentarios
La preocupación por los hábitos alimentarios es muy alta en Andalucía. Un 31,8% de los consumidores reconoce que se preocupa mucho, mientras que un 61,4%, bastante. Solo un 6,8% manifiesta poca o ninguna preocupación.