Los cerezos del Valle del Jerte (Cáceres) han acumulado a día de hoy más de 800 horas de frío, cantidades que se encuentran cerca de la media de otras campañas y que, de momento, resultan suficientes para conseguir una floración óptima.
Así lo ha asegurado el presidente de la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte, Emilio Sánchez, quien ha destacado que los mínimos de frío se han sobrepasado ya en algunas zonas, mientras que en otras están prácticamente en la media.
Durante el invierno, los cerezos necesitan de media entre 800 y 900 horas de frío, es decir, soportar durante ese tiempo temperaturas entre 0 y 6 grados centígrados para una correcta preparación de la floración.
El número de horas de frío necesarias varía entre unas variedades y otras, de tal forma que las más exigentes, como pueden ser la burlat y las picotas, necesitan el máximo posible.
El cerezo es un frutal que en invierno no requiere demasiada agua, de ahí que sea más importante que desde finales de febrero la temperatura se vuelva estable.
La floración de los cerezos no se produce en una fecha fija, sino que varía dependiendo de las condiciones climatológicas que se produzcan durante el invierno y en las fechas próxima a la floración.
Lo habitual es que se produzca durante la segunda quincena de marzo y primera semana de abril, suele durar unos diez días, pero las fechas exactas de la floración no se saben casi hasta cuando empiezan a florecer los cerezos.
En cuanto a la fecha de la próxima floración en el Valle del Jerte, ésta resulta muy difícil de determinar, ya que entran en juego múltiples variables todas relacionadas con el clima.
No obstante, si los árboles acumulan suficientes horas de frío, lo normal es que la floración sea más rápida.
La Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte es de segundo grado y aglutina a unos 3.500 agricultores de 16 cooperativas, todas ellas ubicadas en las comarcas cacereñas del Valle del Jerte y La Vera.
Entre sus productos se encuentra como «estrella» la cereza, con una cosecha media cada temporada de unas 15.000 toneladas, aunque tiene otros como las frambuesas, castañas, higos frescos y secos, aceitunas de mesa y de almazara, ciruelas, grosella, mora y la obtención de licores y aguardientes mediante la destilación de frutas.