Las lluvias dañan la cosecha de ajo manchego, que alcanza el 90% en algunas explotaciones
Cuenca y Ciudad Real son las zonas más perjudicadas, donde los daños se estiman en torno al 50% de la producción.
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La lluvia, tan deseada ante la grave sequía que está padeciendo el campo español, continúa ofreciendo su peor cara en determinadas zonas, destrozando cultivos en el momento de su recolección, debido a la intensidad con la que está arreciando en algunos territorios de España. En los últimos días, gran parte de la cosecha de ajo manchego se ha echado a perder por este motivo, alcanzando hasta el 90% en las explotaciones más perjudicadas, según estimaciones de la organización agraria Asaja.
El secretario general de Asaja en Cuenca, Manuel Torrero, ha explicado que los daños más graves se han producido en la provincia de Ciudad Real, en zonas donde los ajos se encontraban ya cortados y apilados, listos para ser recogidos, y cuyas parcelas han quedado anegadas por las precipitaciones, de hasta 150 litros por metro cuadrado, donde apenas podrán salvar un 5% de la cosecha, en municipios como Argamasilla de Alba y en Cinco Casas, una pedanía de Alcázar de San Juan.
En la localidad conquense de Las Pedroñeras, reconocida mundialmente por su producción de ajo, los daños se estiman en torno al 50%, tal y como ha indicado Torrero, después de la reunión que mantuvo este lunes el Comité Ejecutivo Provincial de Asaja Cuenca, en la que se analizaron los daños en la campaña de ajo, tanto por las últimas tormentas como por el efecto de la sequía.
Por si fuera poco, José María Torrero ha recordado que “el seguro agrario no responderá, en muchos casos, a todos los daños ocasionados”.
El girasol, afectado también
El responsable de Asaja en Cuenca ha añadido que también se ha visto afectado el cultivo de girasol, que afirma que en muchas parcelas habrá que sembrar nuevamente lo que no había nacido como consecuencia de la sequía. Precisamente, la falta de lluvias ya había motivado el descenso en la superficie cultivada de girasol en Castilla-La Mancha. A ello se añade el retraso en la campaña, de entre tres y cuatro semanas, que repercutirá en otra merma en la producción final.