La situación derivada del aumento de costes, el aumento de la energía y el gasoil, unido a la incertidumbre de los mercados derivada de la guerra de Ucrania y la “puntilla” asestada por las heladas tardías del mes de abril han dejado a la fruticultura de la Comunidad en una situación límite que para algunos productores puede suponer su desaparición.
La consecuencia directa se traslada en la cadena también a los almacenes y las cooperativas que van a ver cómo mantener unos gastos fijos casi idénticos a otras campañas mientras ven reducidos sus volúmenes de operaciones al 50% o menos en muchos casos. Ello ha derivado en que hayan comenzado a oírse los primeros rumores de ERTE’s, una herramienta de gestión laboral inédita en el sector hasta la fecha.
En ese contexto, ARAGA, ASAJA, Cooperativas Agroalimentarias, FedeFRUTA Aragón, UAGA y UPA presentaron a Olona una serie de medidas que consideran vitales, articuladas en tres ejes fundamentales: una batería de ayudas directas a la producción para paliar el momento crítico en el que se sitúan; un segundo eje de ayudas a cooperativas, almacenes y OPFH, que en muchos casos van a mantener gastos fijos con la imposibilidad de cubrir su volumen de comercialización habitual; y, por último, una serie de propuestas para la reforma del seguro agrario que incida en hacer viable una herramienta que poco a poco va perdiendo fuelle y operatividad.
En definitiva, se espera algún movimiento de la Consejería, más si cabe cuando en otras comunidades autónomas se oyen rumores de importantes medidas que, en un sector tan globalizado, dejarían a la fruticultura aragonesa en clara desventaja.