El 1 de enero entraron en vigor varias modificaciones en la normativa comunitaria que introducían, entre otros aspectos, la obligatoriedad de inspeccionar el 5 % del volumen de tomate canario enviado a otros territorios de la Unión Europea para demostrar que está libre de la plaga del «minador» (Keiferia lycopersicella).
Desde Fedex han recordado que el tomate canario nunca ha dado positivo para esta polilla microlepidóptera en los sucesivos monitoreos mediante trampas con feromonas llevados a cabo en los cultivos y los almacenes de empaquetado.
Junto a estos controles, la producción canaria de tomate fresco -unas 65.000 toneladas de media por campaña que se exporta en su totalidad- está sujeta también desde primeros de este año a la emisión de un certificado fitosanitario.
«No hemos cuantificado aún qué supone la carga añadida de trabajo y el aumento de envío de documentación» que implica la aplicación de estas obligaciones comunitarias, han indicado desde Fedex, integrada en la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas, Hortalizas, Flores y Plantas vivas (Fepex).
Esta última organización precisa que los controles y certificados fitosanitarios para el tomate canario son consecuencia de la modificación de los anexos I a V de la Directiva 2000/29/CE tras la publicación de la Directiva de Ejecución (UE) 2017/1279.
La Directiva de ejecución (UE) 2017/1279, relativa a las medidas de protección contra la introducción en la UE de organismos nocivos para los vegetales o productos vegetales y contra su propagación en el mercado comunitario, añade entre estos a la Keiferia lycopersicella.
Fuente: Eldia.es