Con pimientos y tomates a más de 1 euro el kilo o berenjenas que, incluso, superan los 2 euros el kilo, no es de extrañar que los productores almerienses traten de alargar lo más posible su campaña de invierno, hasta el punto de renunciar, en algunos casos, a los cultivos de primavera.
Así lo afirman desde la organización agraria Asaja-Almería, que estima una reducción de la superficie de melón y sandía del 30%, provocada, sobre todo, por la brusca caída del melón, un 40%. En el caso de la sandía, el descenso previsto ronda el 2-3%, y se concentra en las zonas de Almería y Níjar.
El melón, por su parte, perderá hectáreas en el Poniente y lo hará, fundamentalmente, en la tipología Piel de Sapo, la más castigada, según Asaja; más, incluso, que el Galia.
Pero más allá de las buenas cotizaciones actuales de pimiento, tomate, berenjena o calabacín, desde la organización agraria apuntan a una segunda causa para esta caída de los cultivos de primavera: la mala experiencia de la campaña pasada en términos económicos.
Y es que, según se desprende del último Análisis de la Campaña Hortofrutícola de Almería 2020/2021, elaborado por Cajamar, el aumento de la producción de melón y sandía el año pasado (un 16,2% y un 17,5%, respectivamente) propició un importante descenso de los ingresos de los agricultores; más del 15% en melón y, por encima, incluso, del 18% en la sandía.
Aun así, desde Asaja-Almería reconocen que “estamos ante una situación imprevisible”, ya que “la evolución de los precios va a ser determinante para la cosecha” de ambos productos.
Precisamente por ello, apelan a la razón del sector y recuerdan que, “si no se hace una correcta planificación de la campaña, podría darse lugar a lo ocurrido hace un año, cuando el agolpamiento de las producciones tuvo como consecuencia el hundimiento de los precios en momentos trascendentales de la campaña”.