El sector del tomate en la UE ha sufrido una significativa pérdida de competitividad en la última década. Por un lado, se ha producido un descenso en la producción y exportación. Desde 2014, la producción de tomate fresco en España ha caído un 30%, mientras que las exportaciones han disminuido un 43%, descendiendo de 786.598 toneladas en 2014 a 448.004 toneladas en 2023. Mientras que, por otro lado, se ha producido un crecimiento sostenido de las exportaciones de terceros países a la UE, y en especial de Marruecos. En el mismo periodo, las importaciones de tomates marroquíes a la UE aumentaron un 42%, pasando de 345.416 toneladas en 2014 a 491.908 toneladas en 2023, según datos de Eurostat.
Se ha producido un desplazamiento del tomate español en el mercado y ello se ha debido principalmente a que los precios de entrada, establecidos en el Acuerdo de Asociación de la UE con Marruecos, no han cumplido con su función de proteger el mercado comunitario y se han quedado obsoletos, impulsando la importación.
El precio de entrada convencional de tomate de Marruecos está en vigor desde hace 25 años, desde el año 2000 y fue fijado en 46,1€/100kgs. Fue fijado, además, tomando sólo en consideración el tomate redondo, porque era el más exportado por Marruecos en ese momento. No obstante, en la actualidad el crecimiento de las importaciones de otras variedades, como el tomate cereza, amenaza fuertemente los ingresos de los productores comunitarios, que no reciben ninguna ayuda directa a su renta.
Por ello, según expuso el director de FEPEX, Jose María Pozancos, se requiere una revisión de los precios de entrada, estableciendo un precio de entrada con valores de importación diferenciados para cada variedad de tomate, estableciendo un nivel de protección acorde con los costes de producción. Y esta diferenciación se podría hacer tomando en consideración la nueva nomenclatura aduanera que, para la partida arancelaria que contabiliza el tomate, la 0702, ha entrado en vigor el 1 de enero de 2025, y que diferencia tres tipos de tomates: tomates enteros con un diámetro inferior a 47mm (cereza o cherry), tomates en rama y los demás tomates (redondo, pera, etcétera).
El evento «Reforzar la soberanía alimentaria europea: ¿cuáles son las prioridades?» tuvo lugar, el miércoles, en la sede del Parlamento Europeo de Bruselas y ha sido organizado por los europarlamentarios Esther Herranz, del Grupo Popular; Eric Sargiacomo, del Grupo Socialistas y Demócratas y Elsi Katainen, del grupo Renovar Europa.
Según los organizadores, “expuestos cada vez más a crisis climáticas y a cambios geopolíticos, la economía y la seguridad de los agricultores y en conjunto nuestro sistema alimentario debe ser reforzado. Y reforzar nuestra seguridad significa reforzar las herramientas y la soberanía alimentaria a nivel comunitario, principalmente a través de la reforma de la PAC”.
Los tres principales cambios que se requieren son:
- mejorar la posición de los agricultores en la cadena de valor;
- disponer de herramientas suficientes de gestión de crisis como stocks estratégicos
- y en tercer lugar, proteger a nuestros agricultores del dumping y la falta de reciprocidad comercial.
Cada una de estas dimensiones se debatió en el evento mencionado, en el que intervinieron representantes de las principales asociaciones de agricultores, expertos y representantes de instituciones europeas y nacionales. La exposición de FEPEX se integró en el tercer apartado de la jornada: proteger a nuestros agricultores del dumping y la falta de reciprocidad comercial.