La campaña de manzana catalana, que ha comenzado hace apenas dos semanas, registrará una menor producción a nivel global. En concreto, en Girona, que cuenta con un tercio de la producción de Cataluña, la principal zona productora, mantendrá estable su superficie con 1.800 ha y esperan para esta temporada 74.760 toneladas, un 15% menos en relación al año pasado.
Alex Creixell, gerente de Giropoma, afirma que en el caso de su entidad la merma será de un 10% debido a la falta de cuajado durante la floración por las precipitaciones y altibajos de temperatura registrados esta primavera. Las variedades más afectadas son, para Giropoma, la Fuji y la Golden. Además, las lluvias han aumentado la presencia del moteado en la fruta. “Esta situación generalizada de menor producción, que también se dará en Europa, probablemente pueda favorecer un precio estable durante la campaña”, declara Creixell.
En cualquier caso, el gerente sostiene que es pronto para hacer una valoración del transcurso de la campaña ya que hasta mediados de septiembre, coincidiendo con el inicio del curso escolar, no comienza con fuerza la temporada de venta de manzana catalana. “De momento queda mucha fruta de hueso y la demanda de manzana está siendo la habitual para estas fechas, con precios normales”, añade.
A nivel productivo, la calidad y coloración de la manzana de Giropoma están siendo buenas, así como los calibres, y se encuentran a mitad de la temporada de recolección de la variedad Gala.