Evolución
Desde Enkitek, creemos firmemente que la inteligencia artificial es el siguiente paso lógico tras el Big Data y el análisis de datos. Los datos son poder, y cuando contamos con suficiente información, podemos tomar decisiones que beneficien enormemente a la agricultura. Con la IA, no solo podemos adelantarnos a plagas y enfermedades, sino también predecir resultados, rendimientos y tendencias de mercado. Esto permite a los productores sembrar con antelación a la demanda, optimizar precios y mejorar su competitividad en un entorno cada vez más exigente.
Hoy en día, las aplicaciones de la IA en la agricultura son amplias y diversas. Su principal uso está en la predicción de rendimientos, pero también vemos beneficios significativos en el control y la optimización de entornos. En Enkitek, por ejemplo, estamos aplicando la IA en la cosecha robótica. Gracias a esta tecnología, podemos identificar la fruta madura y su ubicación exacta en la planta para cosecharla sin dañarla. Además, el uso combinado de IA y robótica facilita la adaptación a diferentes tipos de cultivos y tareas, como la poda o el raleo, ofreciendo una solución escalable y flexible para los agricultores.
«El uso combinado de IA y robótica facilita la adaptación
a diferentes tipos de cultivos y tareas»
Transición y cambio
En el contexto de la transición verde europea y las nuevas regulaciones de la Unión Europea, que demandan un menor uso de insumos químicos sin sacrificar la productividad, la IA juega un papel crucial. Ayuda a los agricultores a prever problemas antes de que se conviertan en daños significativos, minimizando la dependencia de productos químicos.
El cambio climático también representa un desafío directo para el sector, con un aumento en la incidencia de plagas y enfermedades. Aquí, la IA ofrece una solución efectiva: mediante el uso de cámaras y sensores, podemos identificar los primeros signos de problemas, como el estrés de las plantas o la presencia de huevos y ninfas de plagas. Esto permite actuar de manera precisa y temprana, utilizando la cantidad mínima de productos químicos necesaria para controlar la situación.
Futuro
Finalmente, si miramos hacia el futuro, la IA generativa tiene un potencial inmenso para transformar la agricultura. Esta tecnología podría llegar a planificar qué plantar en cada momento, analizando datos como el clima y la calidad del suelo para generar planes de cultivo óptimos. Además, podría prever cómo las condiciones climáticas afectarán el crecimiento de ciertos cultivos y calcular la cantidad ideal de fertilizantes, riego y otros insumos necesarios.