La industria alimentaria española es, por peso económico y el empleo que genera, una actividad económica esencial para el desarrollo nacional. No es casualidad que, de acuerdo con el informe del Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, se haya establecido como la primera actividad industrial del país por delante de la automoción. Las cifras hablan por sí solas: el 20,5% de las ventas netas totales de producto (455.000 millones de euros) corresponden a este sector, que ocupa a más de 350.000 personas en España.
Además, la industria agroalimentaria española destaca por su alto grado de internacionalización. Por ejemplo, el 75% del valor comercializado por el sector de frutas y hortalizas se dedica a la exportación. Principalmente, a países del entorno comunitario como Alemania, Reino Unido, Francia o Países Bajos.
El conjunto del valor de esta actividad se refleja en la balanza comercial de la industria de alimentación y bebidas española, cuyo superávit es de 11.071 millones de euros de acuerdo con Eurostat, la Oficina Estadística de la Unión Europea. Unas cifras que solo son superadas por Holanda, cuyo saldo comercial positivo es de 22.762 millones de euros.
Esta actividad es la única es, además, la única que no arroja un saldo comercial deficitario junto a las transacciones y mercancías no clasificadas en otras categorías.
Los Países Bajos siguen siendo los claros dominadores de este ránking. Una importante cuota del comercio agroalimentario holandés con el mercado comunitario reside, al igual que en el caso de España, en el sector hortofrutícola.
La exportación de frutas y hortalizas de los Países Bajos al resto de países de la Unión ha incrementado un 11% en volumen y un 12% en valor en el año 2016. La producción holandesa consigue así ser la más rentable si tomamos como referencia la cantidad de kilogramos producidos por metro cuadrado, aunque en valores absolutos España sigue dominando el mercado con un 31% del valor total comercializado dentro de la Unión Europea.
En resumen, unos datos que reflejan el buen estado de salud del que goza la producción de alimentos y bebidas en España, solo equiparable en Europa a la industria agroalimentaria holandesa, que destaca por su alto grado de tecnificación.
Fuente: La Voz de Almería