El cultivo de zanahoria en España afronta una nueva campaña con un moderado optimismo, al registrar una importante demanda internacional, pero aún se muestra preocupado por los problemas heredados de las últimas cosechas, el más grave, la falta de agua para el riego. En Andalucía, una de las principales zonas productoras de zanahoria, la situación es compleja, pues las lluvias de las últimas semanas han servido para mejorar los embalses en la mitad norte de la Península, mientras en el sur de España aún persiste la sequía. Este contexto, unido al incremento de los costes y la falta de precio que se registró hace dos años, fueron los detonantes para que se haya reducido la superficie de cultivo en torno a un 40%, según las estimaciones del propio sector.
Descenso estrepitoso en Lebrija
Los productores reconocen que las cuencas del Guadalquivir y el Guadalete continúan con “escasez de agua”, con un 17% de la capacidad en el caso del Guadalete, y un 25% en el Guadalquivir. Esta situación ha provocado que apenas se siembre en zonas tan importantes como Lebrija “porque no hay agua para el regadío”, explica Enrique Campos, gerente de Procesados Vegetales del Sur, quien reconoce que la reducción de superficie de este cultivo en Lebrija ha sido “estrepitosa”. A ello se une el ‘mercadeo’ que se está produciendo con la cesión de los derechos de riego de los arroceros de Sevilla.
Por el contrario, en Castilla y León, la producción de zanahoria, ha mejorado de forma notable su disponibilidad de recursos hídricos, lo que afecta positivamente a los cultivos de Valladolid y Segovia, provincias que aglutinan alrededor de un 40% de la producción total.
Mecanización del cultivo
La escasez de mano de obra para el cultivo de zanahoria es otro de los retos a los que se enfrenta el sector. “Los costes se han incrementado entre un 30 y un 35% en los dos últimos años, por lo que el sector tiene que apostar por una mayor profesionalización y planificación de la producción, desde la siembra hasta la venta final”, asegura Campos, que añade que, ante la falta de mano de obra, las empresas están optando por cambiar el cultivo de zanahoria en manojos por zanahoria sin hoja, que requiere menor volumen de personal.
Fuerte demanda internacional
La baja calidad y el menor volumen registrados por parte de la zanahoria cultivada en Holanda y Alemania está provocando que, en la actualidad, haya una fuerte demanda de esta hortaliza por parte de estos países, principales compradores internacionales de este producto, que apuestan por el origen ‘made in Spain’.
Desde el sector advierten de que, si el precio acompaña en la campaña 2023/2024, los agricultores deben planificar con cuidado el año que viene para que las cotizaciones no se desplomen de nuevo
Planificar es fundamental
Esta situación conlleva una reflexión más allá del buen dato coyuntural. Y es que, ante el auge de la demanda, el sector agrícola tiende a incrementar el cultivo de ese producto al año siguiente, sin una visión global que le lleve a planificar la superficie teniendo en cuenta todos los parámetros, más allá de las necesidades hídricas, sino también las del mercado nacional e internacional con una previsión de volumen de producción general por territorios.
Diferenciación
Ante las consecuencias crecientes derivadas del cambio climático, el sector productor de zanahoria también debe continuar buscando nuevas variedades que sean más resistentes a la sequía y a los vaivenes de las temperaturas y con mejores ratios de productividad, manteniendo la calidad el sabor y la diferenciación en el mercado.