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La digitalización agrícola no llega a los agricultores

Técnicos y administración afrontan el primer reto de la digitalización, llegar de manera efectiva a agricultores y ganaderos. Esta cuestión crítica es la que ya están afrontando técnicos, investigadores y administración, y así ha quedado patente en la jornada ‘Impacto en la agricultura 4.0 en el marco de la PAC’, organizada por el Consejo de Ingenieros Técnicos Agrícolas, la Institució d’Estudis Catalans y de demarcación de Barcelona del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Forestales de Cataluña.

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La digitalización en el sector agrícola comienza a presentar una realidad, y es que todos los desarrollos e inversiones no están llegando con fluidez a los verdaderos protagonistas: agricultores y ganaderos.  

 

“Existen barreras que podemos agrupar en cuatro tipos, técnicas, económicas,  económico, legales y de formación, que dificultan la adopción de la agricultura 4.0 por parte de los agricultores y ganaderos”, ha comentado Agustí Fonts, responsable de Valoraciones y Proyectos Estratégicos del IRTA, en su ponencia.

 

En esta línea, Javier Lorén, presidente del Consejo de Ingenieros Técnicos Agrícolas, ha puesto en valor la figura de estos profesionales como enlace entre los desarrollos y su aplicación real sobre el terreno. “Es uno de los papeles primordiales de los Ingenieros Agrícolas, tenemos esa responsabilidad de ayudar al agricultor a interpretar los datos que nos aportan las TIC para aplicar las medidas apropiadas a sus cultivos. El camino es largo y complejo, pero lo estamos andando”, ha comentado Lorén.

 

En esta misma línea se ha manifestado Albert Massot, investigador del Departamento de Estudios para la Agricultura y el Desarrollo Rural del Parlamento Europeo: “Los Estados miembros deben integrar asesores dentro el sistema de conocimientos e innovación agrícolas, a fin de poder proporcionar información tecnológica y científica actualizada desarrollada por la investigación  y la innovación”.

 

Desde el ámbito de la investigación también se están tomando medidas. Emilio Gil, catedrático de la Universitat Politècnica de Catalunya en el Departamento de Ingeniería Agroalimentaria y Biotecnología, ha presentado el proyecto Innoseta, una plataforma web que aglutina toda la información que ya existe sobre nuevos desarrollos, aplicaciones de productos, desarrollos de maquinaria, disperso por la red y a la que es difícil acceder. “El objetivo primordial es que toda la información esté organizada y clasificada de manera que sea útil para el agricultor de cualquier país de la Unión Europea, ya que además la información se presenta en varios idiomas”, ha comentado.

 

Lo que parece claro es que solventar estas dificultades es prioritario, por los beneficios que la digitalización puede traer al sector agroalimentario. Para Fernando Quero, director de desarrollo de mercado en Tecnalia: “La digitalización incrementaría en un 50% la producción, un 35% la eficiencia y todo ello repercutiría en la calidad de nuestros productos”, aspecto prioritario para competir en un mercado exigente y global.

 

En esta misma línea, Rocío Wojski, subdirectora general de Innovación y Digitalización del MAPA, ha comentado que para crear un sector agroalimentario fuerte y revitalizar el medio rural “hay que contar con la innovación, la digitalización, la bioeconomía y sistemas de conocimiento que van a ganar mucho peso en el empoderamiento del sector agroalimentario”. Desde la administración son conscientes de la brecha digital, y de nuevo se recurre a un adecuado asesoramiento al agricultor para ponerle remedio.

 

Roberto Rodríguez, subdirector general de Ayudas Directas del FEGA, ha mostrado otra perspectiva de las TIC aplicadas al sector agroalimentario, como herramientas de monitorización que ayudarán a una mejor gestión de los fondos europeos:  “Desde la administración nos apoyamos en estas nuevas tecnologías para hacer un seguimiento exhaustivo del  cumplimiento de las condiciones de admisibilidad de las ayudas de la PAC, incluyendo, dónde y cuándo sea necesario, acciones complementarias apropiadas, y entre las que se encontraría como último recurso las visitas sobre el terreno”, ha comentado.

 

La jornada ha contado también con Joaquín Olona, consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad del Gobierno de Aragón, que ha puesto el acento en otro aspecto crítico, ya que, según su visión, la digitalización, que por una parte es imprescindible, agravará uno de los principales problemas que tiene el sector y que la PAC no ha podido resolver en 50 años: la renta agraria. “Esto será así salvo que la agricultura 4.0, enmarcada en una PAC más eficaz a favor de la agricultura familiar y de los agricultores que más contribuyen a su mejora, les ayude a reducir sus costes económicos, sociales y ambientales, no a aumentarlos, al tiempo que les garantiza unas rentas dignas y suficientes”, ha afirmado el consejero. Olona ha reforzado a su vez que las ayudas no pueden convertirse en derechos históricos ni heredarse, sino que han de distribuirse en base a la actividad real de los agricultores y sus explotaciones.

 

La jornada ha concluido con una mesa redonda en la que además del ponente Albert Massot, han participado Roger Palau, miembro de la Comisión de Innovación FCAC, Miquel Aran, gerente del Parc Científic i Tecnològic Agroalimentari de Lleida y Martí Tarres, de Oleum Flumen.

 

La jornada también ha contado con la participación de Joandomènec Ros, presidente del Institut d’Estudis Catalans y de Jordi Sala, presidente de la Institució Catalana d’Estudis Agraris.

 

El acto ha sido clausurado por Montserrat Bas, presidenta de la demarcación de Barcelona del Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Forestales de Cataluña.

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