Las previsiones ante la campaña del caqui indican que la cosecha podría descender de media un 55% y que los productores podrían dejar de ingresar más de 50 millones de euros en relación con el pasado ejercicio, que ya no fue bien, según los datos de LA UNIÓ de Llauradors. En junio, las perspectivas eran de una reducción del 35% respecto a una producción normal, pero tras el verano se ha comprobado que la cosecha aún será inferior, con una media del 55% menos, en algunas zonas del 60% e incluso en la Vall d’Albaida la merma de producción alcanzaría el 75%.
Aunque el precio de los primeros tratos de compraventa es algo superior al de la campaña pasada, no compensará ni la gran reducción de cosecha, ni el desorbitado aumento de los costes de producción. Y es que distintos operadores comerciales, ante esas previsiones de una cosecha muy inferior, intentan acelerar las compras de fruta en campo. Los primeros precios ofertados se sitúan en una media de entre 0,34/0,40 €/kg, solo un 14% superiores a los de la pasada campaña por estas mismas fechas. Ante ello, LA UNIÓ aconseja a los productores mantener la prudencia y no precipitarse a la hora de vender y, en cualquier caso, solicitar un contrato por escrito para poder disponer de garantías jurídicas ante posibles incumplimientos unilaterales del mismo.
La primera estimación de LA UNIÓ cuantifica unas pérdidas para los productores valencianos de caqui, por reducción de ingresos, de 26 millones de € respecto de los ingresos, y si tenemos en cuenta el aumento de costes de producción habría que incrementar esa cantidad en más de 24 millones de €, por lo que las pérdidas totales superarían ampliamente los 50 millones de €. A estas pérdidas directas para el productor habría que sumar las pérdidas de jornales tanto en campo como en almacén, así como los gastos fijos que tendrían que asumir la mayoría de los almacenes provocados por la gran reducción de cosecha.
Varios son los motivos que han repercutido en este descenso tan acentuado de la producción de caqui en la Comunitat Valenciana. Las heladas de primavera (finales de abril) que provocaron la caída de muchas flores y frutos es una de las principales. No obstante, esa climatología de este año ha permitido también que la incidencia del cotonet sea inferior en los campos, pero los agricultores piden no bajar la guardia porque el clima es cambiante y cada vez hay menos productos autorizados para combatir las plagas y las administraciones deben hacer un esfuerzo inversor para lograr más depredadores parasitoides y uso de feromonas
A la climatología habría que sumar el abandono creciente de campos en plena producción ante los bajos precios de los últimos años. Según los últimos datos disponibles, la cantidad de planta reproducida de caqui el pasado año por los viveros homologados se ha reducido un 4% sobre el anterior, y si lo comparamos con 2015, la reducción es de casi el 80%. Las causas climáticas generaron ya una serie de problemas con el actual sistema de seguros en la línea de este cultivo, ya que no todos esos daños tendrán cobertura del seguro y únicamente lo serian aquellos que resultaran de forma clara originados por heladas.
En este sentido, LA UNIÓ solicitó en su día a Conselleria de Agricultura que estableciera una línea de ayudas extraordinarias para todas aquellas personas que con póliza de seguro en vigor para el plan 2021-2022, se van a quedar sin indemnización por una mala adecuación del sistema asegurador actual, así como una ayuda para el conjunto del sector por el aumento de los costes derivados del conflicto bélico en Ucrania a través de la medida autorizada por la Unión Europea de destinar a este fin hasta el 5% del presupuesto no consumido del Programa de Desarrollo Rural. Para ello reclamó en agosto al Ministerio de Agricultura que elaborase los informes preceptivos para que se pudiera declarar este siniestro como “catástrofe o calamidad nacional” para poder ser perceptivo de ayudas y que la Conselleria de Agricultura pudiera ponerlas en marcha, sin tener respuesta por el momento.
Del mismo modo, LA UNIÓ ha trasladado una serie de propuestas a Agroseguro para mejorar la cobertura actual y evitar estas situaciones en un futuro. Dichas medidas se basan en tratar de avanzar el inicio de las garantías del resto de adversidades climáticas al 15 de febrero, de manera que a partir de esta fecha todas tengan cobertura y también trabajar en un módulo de aseguramiento que cubra todos los riesgos a nivel de parcela. “Desde LA UNIÓ vamos a seguir trabajando para que los productores de caqui vean compensadas sus pérdidas. No puede ser que a pesar de tener un seguro en vigor muchos agricultores no vayan a recibir nada”, señala Eduard Esparza, responsable del sector del caqui de LA UNIÓ.