El año hidrológico 2022/23 comenzaba en octubre con unas perspectivas nada favorables.
En estos momentos, las existencias en los embalses de la cabecera del río Tajo nos sitúan en Nivel 3, de modo que la decisión sobre los trasvases depende directamente del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Un hecho al que este martes se ha sumado el anuncio de un nuevo trasvase cero, el tercero consecutivo.
La Comunidad de Regantes de Lorca se enfrenta, de este modo, a una nueva campaña agrícola marcada no solo por la escasez de lluvias y las altas temperaturas, sino también por los sufridos meses de Trasvases 0 en un otoño que, según advierten los modelos estacionales, será seco. Un futuro hidrológico inestable que está generando una fuerte preocupación en los regantes lorquinos.
Ante la posibilidad de que cesen las aportaciones de agua del trasvase Tajo-Segura a principios del próximo año, la Comunidad de Regantes de Lorca ha reunido a regantes y representantes de cooperativas, semilleros, alhóndigas y empresas para informar sobre la situación hídrica actual, dada la preocupante coyuntura ante la que se encuentran. Desde la Comunidad de Regantes auguran que, a partir del mes de enero de 2023, y con los recursos existentes, se verían obligados a reducir el suministro de agua. Asimismo, se están estudiando qué medidas sería necesario implantar, además de algunas posibilidades que se valorarán en la próxima Junta de Gobierno a finales del mes de noviembre y que se comunicarán posteriormente a todos los usuarios.
En palabras del presidente de la Comunidad de Regantes de Lorca, Juan Marín, “los regantes deben extremar al máximo la vigilancia de sus consumos y hacer un uso responsable del recurso” apelando a la responsabilidad de todos, ya que solo ellos pueden tomar decisiones acerca de qué y cuánto plantar, en función de la disponibilidad de agua.
De este modo, Marín quiere transmitir un mensaje de preocupación ante la situación de escasez y sequía.