El fuerte comienzo de la temporada es evidente, ya que se han exportado 6.500 toneladas de ciruelas, de las cuales 4.000 han llegado a mercados de la UE como Alemania, Austria y Croacia.
Este año, se espera que la cosecha de ciruelas alcance la importante cifra de 85.000 toneladas, lo que supone una vuelta a la normalidad tras la cosecha del año pasado, afectada por la sequía. De esta producción, 70.000 toneladas se destinarán a la exportación. Las variedades más exportadas son Stanley, President y Cacanska Rana, conocidas por su sabor único y su excepcional calidad.
Las inversiones realizadas en la calidad de la fruta y el cumplimiento de las normas internacionales han impulsado las exportaciones de ciruelas de Moldavia, con más del 50% de los envíos del año pasado a la UE. La habilidad de Moldavia para diversificar los mercados de exportación de ciruelas ha captado el interés de consumidores de varios países de la UE, como Alemania, Austria y Croacia.
Los productores moldavos están preparados para satisfacer la creciente demanda de ciruelas, adaptándose a las cambiantes preferencias del mercado y a las necesidades de envasado. Los exportadores ofrecen soluciones de envasado a medida, que protegen esta delicada fruta durante el transporte.
Los productores moldavos de ciruelas cuentan con prestigiosas certificaciones, como GlobalG.A.P./GRASP y SMETA, que refuerzan su dedicación al cumplimiento de las estrictas normas de calidad y seguridad. Estas certificaciones aportan fiabilidad en los productores moldavos tanto a importadores como a consumidores.
Más allá de los tecnicismos, las ciruelas moldavas prometen una auténtica experiencia culinaria. Nutridas por un suelo fértil, abundante luz solar y un clima favorable, estas ciruelas presumen de un dulzor inigualable y un sabor genuino, reflejo de la herencia agrícola de Moldavia.
En un mundo en el que prima la autenticidad y la calidad, las ciruelas de Moldavia son un testimonio de su excelencia agrícola. A medida que avanza la cosecha, crece el atractivo mundial de las ciruelas moldavas, que invitan a los importadores a saborear la generosidad de la naturaleza.