Su viabilidad se pone en evidencia y muchos agricultores ya se han decantado por otros cultivos que, hoy por hoy, se anuncian más rentables, como son el maíz y el girasol. Desgranamos los cinco puntos que han provocado la difícil situación a la que ha llegado la cebolla.
1.Costes, costes y más costes
La crisis que atraviesa el sector bien se podría justificar en un 70% por la subida de precios en los insumos necesarios para su cultivo y comercialización. Entre ellos destacan los siguientes: la falta de contenedores para el transporte por barco originada durante la pandemia, y ahora el colapso en los puertos, han aumentado los costes de importación y exportación para las empresas del sector; del mismo modo, lo hizo la subida de la energía, al ser la cebolla un cultivo con sistemas de riego eléctricos, y que también en las instalaciones necesita de maquinaria y cámaras de frío; el aumento del salario, el gasóleo, abonos y un largo etcétera, agravado por la guerra de Ucrania y la huelga del transporte. Todos ellos conforman una larga lista de costes imposibles de afrontar por muchos agricultores y operadores que, tras dos campañas de baja rentabilidad, ven difícil seguir apostando por este cultivo, como confirman desde las dos principales asociaciones del sector, ACEC y Procecam, cuando los visitamos en marzo en Castilla-La Mancha. Además, “estos incrementos no se pueden repercutir en una subida de precio, por pequeña que sea”, declara el gerente de Fuente El Pino, Pepe Rey.
En el caso de los importadores, empresas como Mulder Onions cuentan con la subida del precio de los fletes por el incremento del petróleo, así como la dificultad de encontrar contenedores: “Cada semana es un desafío para dar salida a la carga”, sostiene Jordi Calatayud y Monge, su responsable comercial.
2.Sequía
La situación de sequía que vive el país afecta sobre todo a regiones como Andalucía, segunda zona productora de cebolla, donde se ha publicado un Decreto de Sequía, de prohibición del riego en determinadas zonas, declarado el pasado 11 de noviembre de 2021. Esto ha provocado la fuga de agricultores de cebolla (15,6% menos, según el Ministerio) hacia otras zonas como Castilla-La Mancha, región en la que también se ha reducido la superficie de cara a la próxima campaña (-4,4%), como confirman desde Procecam, que considera que estos datos no son reales y será mucho mayor la reducción de hectáreas (en febrero cifraban un 50% menos en Andalucía). El girasol o el maíz parecen los cultivos alternativos por su alta rentabilidad actual, si bien “la reducción en la superficie de cebolla, junto a la subida de costes, están disparando su precio esta campaña”, manifiesta Luis Fernando Rubio, gerente de Procecam.
3.Competencia terceros países
Los sistemas de producción y comercialización de Países Bajos y Alemania son altamente competitivos frente a los españoles. Esto, junto a su facilidad en la logística y su gran oferta, mayor que la española en el caso holandés, nos deja en una posición de clara desventaja en los mercados, “aunque nuestra calidad sea superior”, señala Rubio. Además, la oferta de países sudamericanos, que ofrecen cebolla nueva, también representa una fuerte competencia pese al coste logístico. El objetivo ahora es poner en valor la diferenciación en calidad del producto español con estudios de investigación, fomentando la IGP y haciendo hincapié en su seguridad alimentaria y valores sociales.
4.La cebolla extratemprana, ¿necesaria o prescindible?
Los supermercados, por lo general, no apuestan por la cebolla nacional hasta principios del mes de junio, a pesar de que contamos con producción andaluza desde mediados de abril. Esto se debe a que esta cebolla no reúne las características necesarias de conservación que exige el retail. Pero no por ello se debe dejar de producir, según Procecam, ya que están destinadas a otros canales de distribución como el Horeca o los mercados centrales. Precisamente por ello, ha sido un sector que ha sufrido especialmente la pandemia, una situación coyuntural que esperan pueda revertirse con la vuelta a la normalidad. Por su parte, grandes operadores del sector señalan que, aun así, creen que “existe una sobreoferta de este tipo de cebolla que debe regularse y ajustarse a la demanda real”, como señala el presidente de ACEC, Alfonso Tarazona. David Casanoves, gerente de Agriseeds, lo confirma: “Los supermercados, que cada vez tienen más cuota, no quieren cebolla temprana porque da problemas y la traen de Nueva Zelanda, Sudáfrica y Perú, acortando cada vez más la campaña andaluza”.
5.Bajo nivel de inversión
La inversión siempre es la antesala del desarrollo. Pero son años difíciles para poder hacerlo. Como déficit, se considera que se debe mejorar en mantener la cadena de frío adecuadamente para optimizar el estado y la capacidad de conservación de la cebolla española. Mientras tanto, se trata de otra asignatura pendiente. En la misma línea, el sector trabaja por solucionar el problema del daño interno de la cebolla, cada vez más extendido, a través de maquinaria de visión óptica o de desarrollo genético, tratamientos… pero aún no consigue respuestas. “Estamos en un momento de lucha por la subsistencia, más que de inversión”, concluye Tarazona.
La concatenación de campañas poco rentables no ha facilitado la liquidez suficiente a los operadores del sector de la cebolla para hacer frente a un ejercicio tan elevadamente costoso como este. Veremos si la disminución de la oferta que se espera para este ejercicio eleva los precios hasta el punto de poder compensar en cierta medida la difícil situación que atraviesan. Hablamos con algunos de sus productores para ver qué estrategias están llevando a cabo.
ALFONSO TARAZONA PRESIDENTE DE ACEC
“ANDALUCÍA VA A REDUCIR SU SUPERFICIE DE CULTIVO DE CEBOLLA EN GRAN MEDIDA DEBIDO AL DECRETO DE SEQUÍA”
LUIS FERNANDO RUBIO GERENTE DE PROCECAM