Cada año, se pierden, a nivel mundial, hasta un 40% de los cultivos alimentarios como consecuencia de la presencia de plagas y enfermedades. Un hecho muy grave para el planeta pero que, al mismo tiempo, conlleva grandes pérdidas económicas para los agricultores.
Desde Nostoc Biotech, empresa especializada en fertilizantes naturales y control biológico a base de humus de lombriz, apuntan que esta situación se puede “revertir” a través del control biológico en los cultivos Este mecanismo de control, más responsable con el medio ambiente, se encarga de “conseguir un equilibrio biológico para cada producto hortofrutícola y plaga y, así, unidos al uso de fauna auxiliar, extractos botánicos y otras estrategias como, por ejemplo, las hormonas de confusión sexual o las placas atrayentes, es posible controlar la mayoría de las plagas sin el uso de químicos“, aseguran.
De hecho, para concienciar a la población sobre la importancia de contar con cultivos sanos que permitan erradicar el hambre, reducir la pobreza y, a la vez, proteger el medio ambiente e impulsar la economía, la ONU declaró el 2020 como el Año Internacional de la Sanidad Vegetal. En este sentido, Nostoc Biotech recoge aquellas plagas que más daños han provocado a los cultivos andaluces, una de las zonas agrícolas más afectadas, durante el 2020, en España.
- El pulgón, un insecto que retrasa el crecimiento del cultivo y puede transmitir múltiples enfermedades
El pulgón es una larva chupadora que extrae la savia de las plantas y las decae, lo que favorece la deformación de las hojas, que ante la presencia de este, se curvan hacia abajo. “Los daños que causa el pulgón son especialmente graves en la fase de desarrollo del cultivo”, explican desde Nostoc Biotech.
La alta presencia de este insecto puede producir la caída de las plantas y retrasar su crecimiento. Además, esta especie es transmisora de otras enfermedades y, al mismo tiempo, favorece el crecimiento de hongos como la negrilla. Por ello, los expertos señalan que, este año, uno de los tratamientos más efectivos para combatir esta plaga ha sido el control biológico a base de microorganismos derivados del humus de lombriz.
En Andalucía, el pulgón está presente sobre todo en los cultivos cítricos de Granada y Sevilla y, también, en los de berenjena y calabacín de Almería.
- El objetivo de la araña roja: los tomates de Almería y las frambuesas de Huelva
Una de las plagas más difíciles de controlar es la araña roja. Se trata de una especie que se nutre de la savia de los frutos; pica las hojas y perfora las células de la planta para comer su contenido, lo que provoca la muerte prematura de las células de los cultivos. Este arácnido se encuentra distribuido por todo el país, sobre todo en zonas con condiciones climáticas suaves y cálidas, como Andalucía. La araña roja perjudica principalmente a los tomates de Almería y a las frambuesas de Huelva. Un dato para destacar es que, este año, el porcentaje de parcelas con presencia de araña roja se ha mantenido muy elevado: alrededor del 85% de los cultivos sufren la plaga.
- La mosca blanca, capaz de afectar a más de 600 especies
Hoy en día, existen diferentes tipologías de moscas que atacan a determinados cultivos. Una de ellas es la mosca blanca. Esta se alimenta del jugo de las plantas, quitándole los nutrientes y el agua hasta debilitarlas. Una buena manera de descubrir si sufrimos esta plaga es agitando las hojas para que puedan salir las moscas.
Desde Nostoc Biotech señalan que “es uno de los grandes quebradores de cabeza en muchos cultivos, en especial, en los de pimiento, berenjena, calabacín y sandía de Almería”. La mosca blanca afecta en la época de crecimiento y producción de los productos hortofrutícolas.
De todos modos, los expertos aseguran que es capaz de atacar a más de 600 especies vegetales, la mayoría de las cuales se encuentran en Andalucía, como también son la judía, el melón o la lechuga, entre otros.
- El chinche verde, la principal plaga de los cultivos de Almería
El chinche verde, o también conocido como Creontiades, es un parásito que se nutre principalmente de larvas de moscas blancas y otros insectos chupadores, pero que, en ausencia de estos, se alimenta de los mismos frutos.
Las altas temperaturas de los últimos años, la duración de estas más allá del verano y la reducción de enemigos naturales en otoño han provocado un incremento exponencial de la población del chinche verde en las zonas agrícolas andaluzas.
Almería es una de las áreas agrícolas que más están sufriendo sus consecuencias. De hecho, en 2020, el chinche verde afectó al 50% de los invernaderos de pimiento y berenjena de esta provincia. Por ello, se ha convertido en la principal plaga de los cultivos almerienses.
- La mosca del olivo, la más común en Jaén y Sevilla
Como hemos señalado, hay varias moscas que pueden dañar los frutos de los cultivos. En este caso, el de los olivos. Este tipo de mosca es similar a la doméstica; sin embargo, esta excava las galerías de las aceitunas para llegar a la pulpa y alimentarse de los frutos, lo que las daña severamente. Esto sucede en las épocas crecimiento y recolección de las aceitunas, entre los meses de septiembre y diciembre. Un hecho muy grave que puede afectar hasta a un 20% de los cultivos de Andalucía, especialmente, en las provincias de Jaén, Córdoba y Sevilla.
- Los trips, larvas que se alimentan directamente de las células de las plantas
Otra de las plagas más importantes de Andalucía son los trips, unas larvas voladoras que han adquirido importancia a nivel mundial por su capacidad de transmitir virus a una gran diversidad de cultivos, en especial, a las hortalizas. A diferencia de otras plagas, los trips se nutren del contenido celular de los jóvenes órganos de las plantas. Sus efectos se pueden ver en las hojas, las cuales pierden su coloración y, posteriormente, se secan. Además, pueden provocar malformaciones en la planta y el fruto.
Este año, la presencia de trips se ha incrementado notablemente en los pimientos y tomates. En Andalucía, las zonas más afectadas por esta plaga son Almería, con el cultivo de berenjena, y Huelva, con los frutales de hueso. Sin embargo, también suelen estar presentes en otros como las judías, sandías o viñas.
- La polilla del tomate también afecta a otros cultivos
La polilla del tomate es una pequeña palomilla de actividad nocturna que hace galerías en la planta, lo que produce daños tanto en las hojas, flores y frutos. Aunque el principal cultivo que se ve afectado es el tomate, también puede estar presente en otros como la berenjena, la patata o el pimiento dulce.
En Andalucía, la provincia más afectada es Almería, ya que existe una proliferación de esta polilla en los tomates de la zona. “Para poder combatirla es necesario el control biológico. Este procedimiento más responsable con el cultivo y el entorno, juntamente con otras prácticas como los cerramientos, las feromonas o la limpieza del resto de vegetales, permiten afrontarla de forma natural”, señalan des de Nostoc Biotech, empresa especializada en biofertilizantes y control biológico a base de humus de lombriz.
- El Cotonet, de los cítricos a otros cultivos en invernaderos
El Cotonet es un parásito, que al igual que otros, se alimenta de la savia de las plantas. Este insecto provoca daños directos e indirectos a los cultivos. Los primeros son debidos a las manchas que se producen cuando este se alimenta de los frutos. Y los segundos, los indirectos, disminuyen la capacidad de la plata de hacer la fotosíntesis y, además, devalúan el precio de los cultivos afectados.
Aunque esta plaga esté más presente en los cítricos, actualmente, en los invernaderos de pepino, melón, berenjena y pimiento ya se puede ver su presencia y consecuencias. Los expertos apuntan que este aumento del Cotonet es el resultado de la rotura del equilibrio ecológico entre la planta y el entorno.
- La mosca de la fruta, la plaga que no deja de crecer en Huelva
La mosca de la fruta es un insecto originario de África. Sus picaduras en los frutales provocan la entrada de hongos y bacterias en el interior de la planta, lo que descompone la pulpa. Este hecho desencadena que los frutos maduren antes de tiempo y caigan al suelo, lo que favorece la pérdida de la cosecha. En Andalucía la provincia más afectada es Huelva; en 2020, las autoridades autonómicas han registrado un incremento de este insecto en la zona onubense.