La agricultura de conservación supone un sistema de producción agrícola sostenible, que comprende un conjunto de prácticas agronómicas adaptadas a las condiciones locales de cada región y cuyas técnicas de cultivo y de manejo de suelo reducen la erosión y la degradación de los suelos, mejoran la biodiversidad y contribuyen a mantener los niveles de producción de las explotaciones.
Para llevar esta teoría a la realidad y dar a conocer a los agricultores las técnicas de manejo agronómico adecuadas Asaja-Sevilla junto a la Asociación Española Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV) celebraron en Las Cabezas de San Juan una jornada de campo sobre agricultura de conservación.
«La agricultura de conservación, que es la agricultura del futuro, en muchas zonas ya es presente», señaló el presidente de Asaja-Sevilla, Ricardo Serra. «Se trata -dijo- de una apuesta sostenible por el medio ambiente que puede verse lastrada si finalmente la Unión Europea (UE) da la espalda al glifosato, un herbicida efectivo, contrastado e inocuo que permite el desarrollo de las técnicas de la agricultura de conservación», como así está ocurriendo.
En las conferencias técnicas expertos del Ifapa, la AEAC.SV y la Universidad de Córdoba expusieron el decálogo de las buenas prácticas agrarias, la evaluación de la sostenibilidad de las explotaciones y los principios para la conservación de suelo y agua.
Ricardo Serra, explicó que la jornada es uno de los actos de divulgación que está desarrollando la organización agraria dentro del proyecto LIFE climagri, un proyecto liderado por la Asociación Española Agricultura de Conservación-Suelos Vivos, y que cuenta también con la Federación Europea de Agricultura de Conservación (ECAF), el Ifapa y la Universidad de Córdoba como socios participantes. El proyecto se centra en el desarrollo de estrategias de manejo agronómico de cultivos extensivos de la cuenca mediterránea, dirigidos a mitigar el cambio climático y en busca de la adaptación de los cultivos a las condiciones climáticas, presentes y futuras, y que sirvan para el impulso y desarrollo de las políticas medioambientales de España y el resto de la UE respecto al cambio climático.
El sector agrario es uno de los que puede verse más afectado por el cambio climático, que influye negativamente en los rendimientos agrícolas. Por ello, Serra expuso que, «es necesario llevar a cabo una adaptación a tiempo y tomar medidas para mitigar los efectos del clima y sus consecuencias económicas, sociales y ambientales, teniendo en cuenta el importante papel que desempeña el sector agrario como proveedor de alimentos, de bienes y servicios ambientales».
Por su parte, el presidente de la AEAC.SV, Jesús Gil Ribes, destacó algunos de los efectos que ya está produciendo el cambio climático y señaló que en los últimos cien años la temperatura ha aumentado dos grados en amplias zonas de Andalucía, a lo que sumó el grave problema de erosión que padece España, que sólo puede evitarse eliminando el laboreo pesado y protegiendo el suelo con cubiertas.
El secretario general de Asaja-Sevilla, Eduardo Martín, recordó que esta organización tiene mucha experiencia en el desarrollo de proyectos divulgativos y que este proyecto LIFE es probablemente uno de los más fáciles de difundir, pues las consecuencias del cambio climático y las necesidades de adaptación son sobradamente evidentes.
En las conferencias técnicas la investigadora del Ifapa Centro Alameda del Obispo, Rafaela M. Ordóñez, señaló que la agricultura es la única actividad productiva que, además de emitir CO2, tiene a capacidad de absorberlo y actuar como sumidero, lo que debe ser valorado y reconocido por la sociedad.
Fuente: Diario de Sevilla